Capítulo 8

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Chiara se desperezo lentamente, tenía un dolor de cabeza tremendo. Vamos, un resacón de la ostia. Que mítico era empezar el año prometiéndose a una misma que no volverá a beber en su vida. Abrió los ojos y en un primer momento no reconoció donde estaba. La casa de Julia y Carol. Había decidido dormir en el sofá de sus amigas para no volver a casa sola después de la fiesta de Nochevieja.

- Buenas tardes, chocho, ¿Cómo de jodida estás? –preguntó Carol. Acababa de entrar al salón.

- Buff... anoche no me pareció que iba tan mal.

- Pues ya te digo yo a ti que sí. Aunque si te consuela Julia está peor que tú, se despertó hace un rato, fue al baño a vomitar y no ha vuelto a salir. Pero bueno, anoche ya menudos tumbos iba dando por la casa de Violeta. Son casi las 6 de la tarde, por cierto. ¿Quieres comer algo? –Chiara asintió con la cabeza y Carol se dirigió a la cocina.

¡Ostia, Julia! Anoche la había pillado con Amaia, menudo momentazo. Después de la impresión inicial, Violeta la había cogido de la mano y la había sacado de la habitación. Solo unos minutos después, Amaia y Julia también habían aparecido en el salón. Y sin decidirlo, las cuatro habían actuado el resto de la noche como si no hubiera pasado nada. Al menos gracias a eso se había librado de que Violeta la sometiera a un tercer grado.

- Kiki, no tenemos nada de comer en casa, tía. Voy a ir al bar de abajo, que hacen pizzas. ¿Te parece? –Carol se ponía la chaqueta mientras hablaba.

- Claro. Me vale cualquier cosa que sea comestible.

- Échale un ojo a Julia, anda. Que ya lleva un rato grande encerrada en el baño.

Después de que Carol saliera del piso, Chiara fue hasta la cocina a beber un vaso de agua. Llevaba una camiseta y un pantalón de pijama de Carol, que le quedaba bastante grande. Entre que no se había desmaquillado y la ropa las pintas que llevaba eran atroces.

- ¿Julia? ¿Estás bien? –preguntó Chiara apoyada en la puerta del baño.

- Sí, sí, no te preocupes... -la voz de la gaditana sonaba nasal.

- ¿Estás llorando?

- No, es que he vomitado. –Contestó muy bajito.

- Mira, Carol se acaba de marchar a comprar. ¿Me dejas entrar?

Escuchó como Julia se movía por el baño y quitaba el seguro de la puerta del baño. Cuando la dejo pasar vio como tenía los ojos hinchados.

- ¿Así que vomitando, eh? –dijo Chiara, acariciando con su mano la mejilla de la otra chica.

- Ay, Kiki... Que agobio. –Julia se sentó en la tapa del wáter, cubriéndose la cara con las manos. Chiara se sentó en el suelo, frente a su nueva amiga.

- ¿Es por lo de anoche con Amaia?

- Yo es que nunca había hecho algo así.

- ¿Enrollarte con una chica? –preguntó la castaña.

- No solo eso. Llevaba muchos años con mi ex, casi desde que era una niña. Nunca me había liado una noche con alguien que acababa de conocer, tampoco con una chica, muchos menos con una que tiene novio... -¡Ostia, Alfred! Chiara casi no se había acordado de él.

- Bueno, lo de que tenga novio no es tu responsabilidad...

- No, si creo que eso no es tan grave. –Kiki la miró sin entender nada-. Es que Amaia me ha dicho que tienen una relación abierta. Pero bueno, sí, raro es rarísimo. Joder, que estaba en el salón y nosotras en la habitación.

De no verte nunca másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora