Capítulo 47

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-          Vio, por favor te lo pido, cálmate un poco. –Julia veía como su amiga se movía por la barra, de una parte a otra, sin hacer nada realmente práctico.

-          ¿Cómo quieres que me calme? Es qué esto... es un desastre. –Llegó hasta el punto de la barra donde estaba sentada la gaditana y se apoyó. Julia le acarició la cabeza con delicadeza.

-          Aún no ha pasado nada, vamos a intentar manejarlo de la mejor manera posible. ¿Vale?

Violeta simplemente asintió. Cuando cerró el bar después de la discusión con Ruslana fue directa a casa y se lo contó todo a Julia. Ella había querido ir a hablar directamente con Ruslana, pero Violeta no se lo permitió. Una nueva discusión no iba a ayudar a ninguna de las tres, y Julia estaba muy enfadada. Decía que podía comprender que estuviera disgustada, pero todas las cosas que le había dicho a Violeta le parecían injustas y fuera de lugar. Al día siguiente Ruslana le había mandado un mensaje donde decía que no iba a ir a trabajar en unos días, y desde entonces no habían vuelto a tener contacto, había pasado ya una semana.

Pero lo que verdaderamente las había trastocado era saber que Amaia iba a volver. Después de hablar varias veces del tema, habían decidido que cuando la navarra volviera, le contarían lo que estaba pasando entre ellas. Cabía la posibilidad de que Ruslana se adelantara, pero aun así querían tener una conversación con ella.

-          Es que llegaba hoy, Juli. Ya debe de estar en Madrid. –Susurró Violeta.

Con quien sí había hablado era con Omar. El chico le había prometido que intentaría hablar con su novia, pero Vio le había pedido que no se metiera. Lo último que quería era perjudicar su relación. Sabía que ella no le había hecho nada malo a Ruslana, pero no podía evitar preocuparse y sentirse un poco culpable si la chica estaba mal. Omar finalmente se había mantenido al margen, pero sí que había mandado mensajes todos los días a Violeta para saber cómo estaba, y de paso la informó de que día llegaba Amaia. La chica dormiría en casa de Ruslana y Omar, y eran ellos los que la iban a buscar al aeropuerto de mañana.

-          No hemos hecho nada malo, Vio. Yo entiendo que quieras darle una explicación a Amaia, y estaré contigo, lo haremos las dos. Pero no puedes torturarte así...

-          Perdona. –Un cliente las interrumpió antes de que Violeta pudiera contestar-. Te pedí una Coca Cola Zero, y esta es Light.

-          Vaya, lo siento mucho. Ahora se la cambio. –Vio empezó a revolver en las neveras-. ¡Joder! Con la broma esta de que todas las putas botellas sean iguales me he confundido. Tengo el sitio de la Coca Zero ocupado entero por Light.

-          Si espera en la mesa ahora mismo se la llevamos. –Julia se digirió al cliente, y cuando éste se fue a Violeta-. Lo de las botellas es un hijoputismo de los de Coca Cola, que mucho anuncio bonito por Navidad pero luego mira que putadas. Pero esto es la primera vez que te pasa, porque te estás poniendo histérica, así que hazme el favor de tratar de calmarte.

-          Voy al almacén...

-          No, voy yo, quédate aquí.

Julia fue al almacén a por la Coca Cola mientras Violeta metía en una caja todas las botellas que había colocado mal. Como si fuera poco con ser una camarera menos, encima ella no daba una a derechas. Bea y Julia estaban pagando los nervios que traía desde la conversación con Ruslana. Subió la caja a la barra, y se retiró el pelo de la cara suspirando por el esfuerzo.

-          Hasta cuando sudas la gota gorda estás guapísima, lo tuyo ya es un escándalo.

Amaia. Era Amaia. En la puerta de su bar. Con su sonrisa radiante, y un poco emocionada.

De no verte nunca másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora