Capítulo 9

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- ¿Nos tomamos unas cervezas en el salón? –preguntó Violeta mientras abría la puerta de casa.

Chiara asintió con la cabeza y se dirigió al salón. La casa de su amiga vacía de gente le pareció más grande. Era un pisazo. Violeta llegó con dos cervezas.

- Podemos poner música en la tele, si quieres. Es una smart tv.

- Joder que nivelazo, Vio. –Dijo Chiara riendo.

- ¡Qué gilipollas! –Se sentó en el sofá al lado de la castaña, sonriendo.- Si ahora todo el mundo tiene una tele de esas, de todas formas, Yuls ya vivía aquí cuando la conocí, el piso es de sus padres.

- ¿Es solo una sensación o Yuls tiene pasta?

- Sus padres más bien, pero sí. Su padre es empresario de la construcción, y supo invertir bien para no hundirse cuando estalló la burbuja.

- ¿Y Yuls trabaja como camarera? –preguntó Chiara.

- Tampoco tú trabajas en la empresa de tu padre. Ya ves, me gusta rodearme de gente que no elige el camino más fácil.

Violeta la miró con una de esas sonrisas enormes suyas. Chiara bebió un trago grande de cerveza no sabía cómo contestar al halago de su amiga, y tampoco sabía porque se estaba poniendo tan nerviosa.

- Así que ahora sales con una chica con piso propio y que sus padres os ayudan a montar un negocio, menudo cambio has dado, tía, no eres tú lista ni nada. –Kiki bromeaba, era la mejor forma que se le ocurría de liberar la tensión.

- ¡Serás cabrona! –Cogió un cojín y le dio en la cara-. Tienes una tarjeta amarilla, a la próxima te vas a la calle... Pero sí, ha sido un upgrade en toda regla, que tampoco era tan difícil.

- Uy... qué mal tomada te has vuelto desde que eres pija, ¿no? –Ambas se rieron.

- No lo sabes tú bien. Así que no juegues conmigo. Ahora soy una chunga, pero con clase. Así que venga, vamos a poner algo de música antes de que digas algo más y te tenga que echar de casa.

Enlazaron un videoclip tras otro, comentándolos y bebiendo cervezas. Siempre les había encantado hacer eso. Violeta apoyó su cabeza en el hombro de Chiara, y esta rodeo sus hombros con sus brazos. La castaña no podía evitar pensar lo familiares y fáciles que eran las cosas con Violeta en muchas ocasiones.

- ¿Dormimos? Qué ya se te están cerrando los ojitos. –Dijo un rato después Chiara, al ver como a su amiga cabeceaba.

- Sí mejor... -Violeta se levantó y tendió su mano a Kiki-. Vamos a la cama.

- Eh... ¿No duermo en el sofá? –preguntó la castaña, poniéndose nerviosa.

- Pero bueno, si siempre hemos dormido juntas. ¿Porque vas a dormir en este sofá?

No tenía una respuesta para eso. Bueno si la tenía, la verdad, pero eso no se lo podía decir. Así que se levantó y siguió a su amiga a la habitación. Violeta le dejó un pijama suyo antes de irse al baño. Momento que Chiara aprovechó para cambiarse a toda velocidad y meterse en la cama. Cuando Violeta llegó y se empezó a cambiar, Chiara, ya tumbada, miró hacia la pared. Había visto en muchas ocasiones a su amiga en ropa interior, pero hoy parecía diferente.

Violeta se desnudaba delante de ella porque tenían confianza y no sabía lo que ella sentía, mirarla era como abusar de su confianza. O quizás Chiara estaba exagerando, la cuestión es que se agobiaba.

- Al final parece que tú tenías hasta más sueño que yo. –Dijo Violeta metiéndose en la cama.

- Pues sí, estoy cansada también. –Chiara se volvió para mirar a su amiga. Que le sonreía ya tapada.

De no verte nunca másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora