Capítulo 58

7.8K 327 18
                                    

- ¿Tú les tienes confianza? –preguntó Carol.

- ¿A Ruslana y Amaia metidas en la cocina? Obviamente, no. Pero luego llegará Julia, así que supongo que hay esperanzas.

- Tú alegrándote de la presencia de Julia, quién nos los iba a decir...

- ¡Idiota! –Le dio un golpe en el brazo.

Ruslana, Amaia y Julia se habían comprometido a encargarse de la cena de Nochevieja. Rus y Amaia irían preparando algunas cosas hasta que Julia llegara de Cádiz, donde había ido a pasar la Nochebuena. Después de la cena vendrían algunos amigos más.

Y Violeta, claro, que también estaría para cenar. Llegaba esa misma tarde de Granada. Omar, sin embargo, estaba pasando unos días con su familia y no vendría.

Carol y Kiki preparaban la casa para la llegada de gente y ponían la mesa.

- ¿A qué hora llega Vio? –preguntó la chica.

- Pues debe de estar a punto de llegar el tren a la estación. –Contestó Kiki mirando su reloj.

- ¿Tenemos qué ir a buscarla?

- No. Julia ya habrá llegado y la está esperando. Cogen un taxi, dejan las maletas en su casa, se cambian de ropa y vienen para aquí.

- ¿Qué tal por Motril? Casi no he hablado con ella estos días.

- Ya sabes cómo es cuando está allí. Sus amigos, su familia,... No pierde casi tiempo con el teléfono. Se lo pasa genial.

- Pues a ver cuándo nos lleva, que yo tengo ganas.

- Yo también.

- ¿Cómo no la has acompañado esta semana?

- Quería pasar la Nochebuena con Ruslana, además...

- ¿Además?

- Vio aún no le había contado a su padre que volvemos a estar juntas, y ya sabes la relación tan cercana que tienen. Quería aprovechar estos días para decírselo en persona.

- ¿Y lo ha hecho?

- Sí.

- Joder, ¿Y qué ha dicho el patriarca? ¿Se alegra o te tiene vetada?

- Pues aunque te parezca raro se ha alegrado.

- Oye, que era broma. –Carol se puso seria-. No me parece raro.

- Pues a mí, sí. Me porte mal con ella, y sería normal que no quisiera que volviéramos.

- Kiki... No te fustigues así. Es pasado, y Juan Carlos te adora.

- Lo sé, se puso el otro día al teléfono, después de hablar con Vio.

- ¿Nuestra Moradita estaría contentísima, no?

- Pues sí, yo creo que antes de hablar con él estaba algo nerviosa.

- Ha sido como otra salida del armario.

- Ya está la dramática exagerando. –Rio Kiki.















- ¡Dios, no puedo más! ¡Puta maleta! Esto debe de ser parecido a arrastrar a un muerto...

- Es que mira que pedazo de maleta te llevaste para una semana. –Violeta no pudo evitar reírse cuando Julia le dio una patada a su maleta.

- A ver, es que cuando una vuelve al pueblo, tiene que lucir palmito. Me he llevado looks para todos los días. Pero, vamos, que lo que más ocupa son los abrigos. Qué aunque una se ponga unos outfit elegantes, tiene que abrigarse sino quiere llevar las luces largas. Que en Madrid también hace mucho frio, pero hay menos humedad...

De no verte nunca másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora