Capítulo 57

7.3K 330 11
                                    

Violeta se despertó enredada en las sábanas de la cama de Chiara. Sin abrir los ojos, palpó con su brazo en busca del cuerpo de su chica, pero no la encontró.

Se incorporó y la buscó por la habitación, en una esquina de la cama tenía un pantalón de chándal, una sudadera y una nota.

"He tenido que ir un momento a la academia, pero para la hora de comer estoy aquí. Así que quédate, porfa. Te dejo ropa para que estés cómoda. Te quiero."

Violeta sonrió como buena idiota, cogió su móvil y le mando un whasapp a Kiki confirmándole que la esperaría y se vistió. Fue hacia la cocina dispuesta a hacerse un café, pero llamaron al timbre.

- ¿En serio? –preguntó mientras abría la puerta.

- Buenos días a ti también. –Respondió con brío Amaia-. No te quejes que he traído churros para desayunar. ¿Kiki?

- Ha tenido que ir a la academia. No me explicó muy bien para qué porque solo me dejo una nota. Estaba dormida. –Violeta empezó a preparar la cafetera mientras Amaia cogía un plato para dejar los churros-. ¿Y tú? Pensaba que estarías con Julia.

- Dormí en su casa, bueno, vuestra casa. Pero esta mañana había quedado con unas compañeras del trabajo para ir al Rastro. Así que he decidido venir a ver qué tal estaba mi bollopareja favorita. Tienes cara de haber follado bien anoche.

- ¡Dios, Amaia! Siéntate y cállate un poco. –Las dos chicas se sentaron alrededor de la mesa-. Pero ya que lo dices, anoche lo pase muy bien. ¿Puedes decir lo mismo?

- Puedo, puedo... -Amaia simplemente asintió.

- ¿Nada más? ¿No me vas a contar detalles innecesarios? Te veo un poco falta de entusiasmo, ¿Pasa algo?

- No, que va. Anoche fue todo genial. Disfrutamos las dos un montón, pero no sé, creo que esta mañana ha sido un poco raro.

- ¿Raro?

- Sí, Juli estaba un poco seca, como cortada. Me parece que no estaba cómoda conmigo en su casa.

- No creo que fuera eso...

- ¿No está segura, verdad? –Amaia la miró suplicante-. No sabe lo que siente por mí, o si quiere volver a tener algo conmigo. ¿Verdad?

- Yo no puedo decirte nada, tienes que hablar con ella...

- Ya lo sé, perdona. No te quiero meter en un compromiso.

- Joder... -Violeta no se podía contener ante la cara de pena de la navarra-. Mira, yo creo que no se fía. Está confundida porque está muy bien contigo, pero ya te fuiste una vez, y ella lo paso fatal.

- ¡Pero si me dejo ella a mí!

- Coño, Amaia, que te ibas con Alfred tiempo indefinido a un barco en mitad del Mediterráneo. Entiéndela un poquito.

- Si yo la entiendo, pero no sé porque no se fía de mí...

- Creo que ella necesita ver qué quieres estar con ella de verdad, que no va a haber terceras personas ni te vas a volver a marchar. Básicamente ver que las dos queréis lo mismo. ¿Queréis lo mismo? Porque tú tienes otra forma de ver las relaciones...

- Yo me adapto a las circunstancias. A Alfred y a mí nos venía bien una relación abierta porque éramos muy niños cuando empezamos y queríamos estar juntos, pero no sentir que nos perdíamos algo. Cuando Julia apareció tuvimos esa relación a tres porque yo sentía algo por los dos y a ellos les pareció bien. Y ahora...

De no verte nunca másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora