Chiara se sentó en una de las sillas, de repente se encontraba agotada. No sé veía preparada para tener esa conversación, y le hubiera gustado que no fuera estando borracha, pero sabía que no podía alargar este momento más.
Ahora era Violeta la que caminaba, se había contagiado de los nervios de la castaña, que encima parecía estar esperando que fuera ella la que comenzara a hablar.
- Mira, Kiki, sé que últimamente los límites entre nosotras dos se han desdibujado totalmente, pero yo... no puedo hacer eso contigo estando Yuls en la habitación de al lado. Lo entiendes, ¿verdad? –Chiara agradeció que Violeta hablara suavemente, incluso con dulzura.
- Perfectamente, ya te dije que no sé qué me paso. –Kiki no la miró mientras contestaba, tenía la vista fija en el suelo.
- Es que ya es bastante jodido lo que le estoy haciendo, pero eso... sería muy humillante. Y ella no se merece tanto. –La voz de Violeta se quebró.
- Joder... -Kiki suspiró-. Si ya lo sé, todo el mundo me dice que es una tía estupenda, y lo peor es que se nota a simple vista. Es una mierda, cuando estabas con Salma la podía odiar sin sentirme mal...
- ¿Salma? –interrumpió Violeta. Y Chiara se dio cuenta horrorizada de que se había delatado. Levantó la mirada para encontrarse con la de Violeta, que parecía estar uniendo cabos-. Pero, ¿qué tiene que ver Salma? Quiero decir, siempre me dijiste que no te gustaba porque no era suficientemente buena para mí, no porque... ¿tú ya... sentías algo por mí?
Y Kiki decidió que ya no merecía la pena andarse con medias verdades, que si iban a tener esa conversación, que probablemente iba a acabar mal, lo mejor era que al menos cuando la recordara no pudiera echarse nada en cara. Iba a ser totalmente honesta, por doloroso y vergonzoso que le resultara.
- Llevó enamorada de ti desde que nos conocemos.
Sorprendentemente sintió alivio cuando lo dijo. Aunque solo momentáneo, porque la cara descompuesta de Violeta le produjo desasosiego. La pelirroja se acercó a una silla y se sentó, como si de repente sus piernas ya no la pudieran sostener.
- Vio, di algo por favor, lo que sea. –Chiara luchaba contra el nudo que se le estaba formando en la garganta. Violeta por fin la miró.
- Es que no lo entiendo. Nunca vi ninguna señal, nada que me pudiera hacer pensar... hasta ahora claro... ¿De verdad llevas sintiendo algo por mí desde los 16 años?
- Sí, es decir, con esos años no sabía que era exactamente lo que me pasaba contigo, me di cuenta más tarde...
- ¿Y por qué no me dijiste nada? –El rostro de Violeta de repente estaba surcado por las lágrimas, y parecía que se alteraba por momentos. Eso hizo que Kiki dejara definitivamente de poder mantener a raya el maldito nudo.
- Cuando me di cuenta de lo que sentía por ti ya estabas con Salma. Y, además, qué más da, ¿hubiera cambiado algo? –Para Chiara aquello era más bien una pregunta retórica, sin embargo, obtuvo respuesta.
- Pues eso nunca lo sabremos.
- No me digas eso, Violeta, no me jodas...
- ¿Por qué te fuiste a Manchester? ¿Tuvo algo que ver conmigo? –preguntó Violeta de golpe, pero Kiki fue incapaz de responder, simplemente le retiro la mirada, lo cual la granadina interpreto con acierto como un sí-. ¡Mierda Kiki, no me lo puedo creer, ostia! Se suponía que no había secretos entre nosotras.
- ¿De verdad te vas a enfadar conmigo después de lo que te acabo de decir? Por mucho que te joda a ti, para mí fue mucho peor, que coño, está siendo mucho peor.
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De no verte nunca más
FanfictionChiara había conseguido crearse una nueva vida en Manchester, hasta que una llamada de su padre, pidiéndole que volviera a casa por Navidad lo pondrá todo patas arriba. Volver a Madrid significaba muchas cosas, pero sobre todo significa en cierta ma...