Capítulo 65

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- ¿Y Martin?

Preguntó Denna. Seguía arrastrando a Violeta de la mano, aunque esta al ver a Kiki sentada en la acera se soltó para agacharse a su lado.

- ¡Estoy aquí! –exclamó Martin llegando a su lado-. Toma. –Le tendió a Chiara una bolsa-. He ido a otro bar a que me dieran un poco de hielo.

- ¿Te duele mucho? –preguntó con cautela Vio.

- No, no tanto. Pero si le pongo hielo ahora igual evito que se me hinche.

- ¿Qué hacemos?

- Pues irnos para casa, Denna. Yo creo que ya hemos tenido suficientes emociones fuertes por hoy. ¿No, chicas? –preguntó Martin.

- Sí, será lo mejor. –Violeta ayudo a Kiki a levantarse.

Fueron en silencio los cuatro hasta la calle donde Vio y Kiki tenían aparcado el coche.

- Pese a la movida de última hora lo he pasado muy bien con vosotras, y me alegró mucho de veros. –Denna abrazó a Violeta.

- Nosotras pensamos lo mismo.

- Perdón por la movida. –Dijo bajito Kiki a Martin cuando se daban dos besos.

- No pidas perdón, si no le partías la cara tú lo iba a terminar haciendo yo. La muy cabrona... Eres mi nueva diva.

Fueron casi todo el trayecto en coche en silencio. No era incomodo, más bien al contrario, les daba tiempo a pensar. Cuando aparcaron de nuevo el coche, Kiki empezó a caminar hacia la casa de su suegro pero Vio la cogió de la mano y la desvió.

- ¿No vamos a casa?

- Vamos un poquito a sentarnos a la playa, por favor.

Llegaron a la playa más cercana y se sentaron en la arena. Kiki no podía dejar de observar a su chica, que estaba en silencio y parecía bastante ausente.

- ¿Te sigue doliendo? –preguntó Violeta al ver que Chiara dejaba el hielo sobre la arena.

- No, y el hielo me está congelando la mano. –Volvió el silencio-. ¿Estás enfadada verdad? Mira, sé que no le tenía que haber pegado, pero...

- No estoy enfadada, nada que ver, de verdad. –Vio le sonrió levemente y le acarició la cara-. Siento mucho que te hayas visto en esa situación, le tenía que haber cortado antes de que llegáramos a ese punto.

- No es tu culpa. Siempre se ha comportado como una gilipollas, pero ni siquiera yo esperaba que se fuera tan imbécil hoy. Y eso que yo siempre le presupongo un nivel entre Feijóo y Abascal. –Por fin consiguió sacarle una pequeña carcajada a Violeta.

- Tú siempre viste que era lo peor, no como yo... Kiki, hoy me he dado más cuenta que nunca de cómo era Salma, y también de lo mal que lo debiste pasar. Me siento lo peor...

- Ey... Vio eso fue hace mucho tiempo...

- Ya, pero tú lo pasaste fatal por mi culpa. Todo podría haber sido mucho más sencillo.

- Yo creo que todas las cosas que nos han pasado nos han traído hasta aquí...

- ¿Hasta esta playa un poco borrachas y tú con la mano hecha un asco?

- ¡No, coño! No seas tonta. –Las dos chicas rieron-. Hasta esta playa sí, pero juntas, unidas después de haber pasado por muchas situaciones. Yo también borraría mucho de lo que hemos vivido, me encantaría ahorrarnos mucho dolor a las dos, pero supongo que todo lo que nos ha pasado es lo que nos hace ser quienes somos.

De no verte nunca másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora