Capítulo 11

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La terraza del bar estaba llena, entre las estufas y los fumadores daba igual el mes del año que fuera. Y cuando entró vio que el bar también. Amaia estaba sirviendo una mesa, las gotas de sudor le caían por la frente. Violeta se sintió mal por haberla dejado tirada trabajando.

-          Amaia, ya he llegado. –Dijo mientras se metía detrás de la barra.

-          Menos mal, Vio, estaba a punto de volverme loca. Hoy es el día de Reyes, ¿no se supone que la gente tendría que estar en su casa abriendo los regalos?.

-          Los españoles, que lo único que nos gusta más que los regalos son los bares.

Y fue prácticamente lo único que pudieron hablar en lo que quedaba de día. Por la tarde también hubo mucha gente. Violeta miraba de vez en cuando el móvil a ver si Chiara le escribía con novedades de Fernando, pero por ahora, nada. Por suerte la gente no se fue muy tarde y era relativamente pronto cuando estaban recogiendo.

Cuando acabaron se pudieron dos cervezas y se sentaron en una de las mesas, agotadas.

-          Perdona por dejarte sola por la mañana, Amaia. Debes de estar el doble de cansada que yo. –exclamó Violeta.

-          Pues la verdad es que estoy cansadísima, pero no tienes que pedirme perdón. Era una urgencia. ¿Has hablado con Chiara?

-          No, no me ha escrito ni nada. –Explicó Violeta volviendo a mirar el móvil-. Supongo que eso significara que todo va bien. Aunque bueno, lo que tiene Fernando es grave...

-          Hay que tener esperanza, en las enfermedades la actitud es muy importante. Tenéis que estar bien para que él también este bien.

Violeta no tenía ganas de irse a casa. No había nadie allí, y en teoría eso no tendría que ser un problema porque necesitaba dormir, pero tenía miedo de meterse en la cama y no pegar ojo.

-          ¿Qué tal anoche? –le preguntó a Amaia. Estar un rato hablando con su amiga era mejor opción que volverse loca sola.

-          Bufff... -Amaia sonrió-. No te imaginas, es que no te lo puedes imaginar.

-          O sea que bien. –Rio Violeta-. Vaya, vaya con Julia.

-          No ha sido solo el sexo, que por otra parte fue muy bueno. –Violeta soltó una carcajada-. Fue toda la noche, me lo pasé muy bien con ella. –Se quedó un momento callada, como meditando-. Tengo que hablar con Alfred.

-          ¿Qué? ¿Por qué? Pensé que no os dabais detalles de estas cosas.

-          Y no lo hacemos, pero tampoco repetimos nunca. Y yo con Julia quiero repetir.

Violeta se quedó boquiabierta, sin saber que decir. Cuando conoció a Amaia ya estaba con Alfred. Al principio lo de la relación abierta la había sorprendido, pero con el paso del tiempo vio que sus reglas funcionaban, incluso lo había experimentado.

-          Pero... ¿y qué es lo qué quieres exactamente con Julia? –preguntó Violeta.

-          Pues no lo sé... Sólo sé que quiero volver a verla, pasar tiempo juntas... y también quiero volver a besarla, y a acostarme con ella. Lo tengo que hablar con Alfred, buscaremos una solución, pero lo que no quiero es mentirle.

Violeta se sintió fatal. Mentir, precisamente lo que ella iba a hacer con Yuls.

-          ¿Y Julia qué dice?

-          Me ha preguntado si nos vamos a volver a ver. Más mona ella. Parece una tía muy madura, pero cuando me lo pregunto pareció de repente más pequeñita...

De no verte nunca másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora