Capítulo 67

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- ¡¿Dónde estabas?!

Chiara cruzó la calle corriendo hasta llegar al portal donde Violeta se peleaba con las bolsas de la compra y su propio bolso, intentando sacar las llaves.

- Buenas tardes a ti también, mi amor. ¿Cómo ha ido tu día? El mio genial, muchas gracias por preguntar. -Dijo con sorna Vio.

- Te llamé un montón de veces.

Violeta soltó las bolsas y sacó su teléfono del bolso. Lo cierto es que era un desastre con él, cuando no lo perdía, pasaba de mirarlo.

- Ah pues sí, me llamaste. Es que estaba en el Mercadona, ya sabes que allí hay muy mala cobertura. -Mentía, lo tenía siempre silenciado y punto.- He comprado carne de kebab y pan de pita. -Habían quedado a cenar con Amaia y Julia en el piso de éstas.

Hacia ya unas semanas que Violeta se había vuelto a instalar en el piso de Kiki. Amaia había aprovechado las circunstancias para insinuarle a Julia que ya no podía seguir gorroneando a Ruslana, y la jugada le había salido bien. La gaditana le dijo que se podía instalar en la que había sido su habitación.

Aunque Vio había querido devolver sus llaves, Julia insistió en que se las quedara, siempre venía bien una copia en manos de alguien de confianza. Sobre todo cuando tu compañera de piso es Amaia.

- Estaba abriendo el portal con mis llaves porque dice Juli que el telefonillo va fatal. Pero con tal de no discutir con el jefe de la comunidad ni ha preguntado. La verdad es que es un señor más desagradable...

- Me han despedido. -Interrumpió Chiara.

Ahora si que Violeta soltó definitivamente las bolsas, estupefacta.

- ¿Pero qué ha pasado? -preguntó la pelirroja acercándose a su chica, a la que notó que le costaba contener las lágrimas.

- Bueno, no me han despedido exactamente. Hernán cierra la academia, se vuelve a Argentina.

- Joder...

Violeta la abrazó y acunó entre sus brazos, intentando contenerla. Y por fin Kiki dejó que las lágrimas brotaran de sus ojos.

- Bueno, amor, tienes mucho talento y experiencia. Encontrarás otro trabajo enseguida.

- Ya bueno... pero es que me gusta esa academia. Ya sabes que había algunas cosas que consideraba que estaban anticuadas, pero los alumnos y el ambiente es genial. Y joder, justo pierdo el curro ahora...

- ¿Qué pasa ahora?

- Eh... -Chiara pareció dudar-. Nada en realidad, solo que es un momento donde quería tener estabilidad económica. No sé, pensar en otros planes...

- ¿Otros planes? ¿Quieres hacer un viaje? -Violeta no entendía.

- Si, algo así, bueno eso da igual. Porque ya ves, la vida cambia en un momento.

- Bueno, amor, eso ya lo sabiamos, tenemos experiencia. Y en este caso no es tan grave. Encontrarás otro trabajo. Entiendo el disgusto, eh, pero tiene solución. Además, cielo, si tú problemas de dinero no tienes...

- Ya, pero no quiero vivir gastándome el dinero que me dejó mi padre. En plan Victoria Federica.

- Ya lo sé, mujer, pero valora el hecho de no tener urgencia. Encontrarás algo que te convenza y estés bien. Te lo prometo.

Violeta acunó el rostro de su novia entre sus manos, mientras le limpiaba las lágrimas con los dedos, le dejó un beso primero en la frente y luego en los labios.

De no verte nunca másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora