Capítulo 34

9.8K 354 46
                                    

Violeta salió del baño y fue directa a la cocina, necesita beber algo ya. Se tomó un momento con la nevera abierta, dejando que el frio del electrodoméstico templara un poco su cuerpo.

-    ¡Vio! Te estaba buscando. –Amaia entró a la cocina.- ¿Me sacas una cerveza a mí también?.

La granadina sacó dos cervezas y le tendió una a su amiga.

-    ¿Qué pasa? –preguntó.

-    Nada, que quería estar contigo.

-    Uy... que raro... ¿Qué pasa?

-    ¡Ahh! O sea, que tú puedes pedirme que mantenga a todo el mundo lejos del baño, sin darme explicaciones, y yo tengo que exponer una serie de razones para pasar un rato con mi amiga. Venga, vamos a bailar.

Violeta se dejó arrastrar al salón, y como siempre disfrutó de los peculiares pasos de baile de la navarra. Buscó a Kiki con la mirada en varias ocasiones, pero no la encontró. Estaría con Carol en otra parte.

-    Oye, Amaia, ya me parece raro que no me hayas preguntado que pasó en el baño.

-    ¿Estabais follando, no? –preguntó Amaia.- Total, si nunca me quieres dar detalles, pues paso de preguntar. Ya me imagino yo las cosas como quiero. Pura fantasía.

-    ¿Fantaseas con nosotras?

-    A veces, ¿Ttú nunca sueñas conmigo? A mí es que me parece súper bonito que alguien tenga sueños eróticos conmigo, me alegra el día. –Amaia se paró un momento para mirar su reloj de mano-. Venga, Vio, que ya no te tengo que entretener más.

-    ¿Qué? –preguntó la pelirroja sin comprender.

-    Pues eso, que te estaba entreteniendo. Es que Chiara me dijo que te tuviera ocupada por lo menos 15 minutos. Ya han pasado 20.

-    ¿Kiki te pidió que me entretuvieras?

-    Sí, me dijo que tenías que estar aquí por lo menos un cuarto de hora, y que luego ya te lo podía decir, que te iba a esperar en su piso.

-    Pero... -Amaia fue empujando a Violeta hasta la puerta del piso.

-    No te preocupes, ya les digo yo a los demás que os habéis marchado. Joo, Vio. Me gusta mucho está nueva dinámica de relación que tenemos. Me encanta ser vuestra colaborada en las guarradas.

-    ¿Guarradas? No sabes para que me quiere Kiki...

-    Pues espero que no sea para ninguna horterada. Que para eso están los domingos por la tarde. Los sábados por la noche son para otras cositas. Así que voy a estar todo el rato pensando que estáis haciendo cosas sórdidas. –Miró a su alrededor-. ¿Dónde están Julia y Alfred? Que igual yo también me encierro en el baño...

-    Pobre baño de Ruslana...

-    ¿Por qué? A mí me encantaría que vinierais a follar a mi baño.

-    La semana que viene.

-    ¿En serio?

-    ¡No, joder! Venga, que me voy.

-    Uyy... Te has puesto nerviosita... A ver si ahora le vas a tener miedo a tu Kiki.

-    Que va...

-    ¡Claro! Le has metido caña en el baño y ahora no sabes lo que te va a hacer ella a ti. ¡Qué fuerte!

-    ¡Qué me piro, Amaia! Pasa buena noche.

-    No será mejor que la tuya.





Violeta salió del piso negando con la cabeza, un día esa chica la iba a volver loca. Si no lo hacía antes Kiki. No se lo había querido reconocer a Amaia, pero un poco nerviosa si se había puesto. Pero no era miedo, era excitación, ¿Ppor qué se habría ido Chiara?

De no verte nunca másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora