Capítulo 21

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Los días hasta la cena pasaron rápido. Violeta estuvo entretenida trabajando en el bar. Yuls y ella habían decidido que fuera Vio la que estuviera esos primeros días con Ruslana. La chica no tenía experiencia, y era un poco nerviosa, pero era menos despistada que Amaia, algo era algo...

Esa distribución de los turnos hacía que se viera muy poco con Yuls, ya que la chica trabajaba desde media tarde hasta la noche con Amaia. Violeta procuraba estar ya metida en la cama para cuando su novia llegaba.

Con Kiki había estado hablando por whasapp un poco todos los días. Pese a todo seguían siendo ellas, y siempre tenían mil temas de los que hablar. El día anterior la castaña había pasado por el bar con la excusa de ver cómo le iba a su hermana en su nuevo trabajo. Había llegado por la tarde en un momento de calma y las tres habían pasado un buen rato. Vio estaba contenta de ver como Chiara y Ruslana cada día se llevaban mejor y tenían más complicidad. Después de un rato Kiki se fue y Violeta agradeció que no quisiera forzar la situación.

Quizás la idea de Amaia de irse unos días a Granada no era mala. Estos días en los que veía menos a Yuls y Kiki estaba más tranquila. No tenía las cosas más claras, pero al menos no se sentía al borde del colapso a cada cinco minutos. Quizás con un poco de distancia encontraría una manera de salir de esa situación en la que se había metido ella solita...





La cena... La cena a la que tanto temía Violeta no estaba siendo tan desastrosa como había esperado. Al final se habían apuntado Omar y otros dos amigos de Alfred. Violeta se había sentado en una esquina con Yuls, Omar y Ruslana. Chiara se había ido a sentar directamente a la otra esquina de la mesa, con Julia, Carol y los amigos de Alfred. Mientras que el catalán y Amaia estaban en el centro de la mesa. No iban a tener que pasarse toda la cena hablando, así que no había tensión que Vio se había imaginado.

Todo el mundo parecía estar pasándoselo bien. En la parte de la mesa de Violeta la conversación giraba en torno a Ruslana y Omar, no se podía negar que los dos habían tenido muy buen feeling desde el primer momento, quizás demasiado. Pese a todo Vio no podía evitar distraerse en algunos momentos observando a Kiki. Aunque no tenía mala cara, Vio sabía que no estaba del todo bien, la conocía demasiado.

Cuando la cena terminó todos decidieron ir a un pub a tomar algo. Violeta dijo que prefería irse a casa, pero al día siguiente cerraban el bar por descanso, así que la pelirroja no tenía buena excusa.

-          Guiri, ¿vas bien? –preguntó Carol a Kiki. Con Julia iban caminando los últimos del grupo-. Podemos irnos por nuestra cuenta, o a casa si quieres...

-          No, ¿por qué? Yo estoy bien.

-          Bueno... estás un poco rarita. Y subes la media de borrachera del grupo, no lo has hecho nada mal cenando.

-          No sabía que ahora vigilabas lo que bebía.

-          Y no lo hago, pero es que cenando me ha sido imposible no darme cuenta de que estabas un poco ansiosa con el vino. ¿Es por Violeta?

-          No. –Chiara miró a Julia al responder-. Es porque tengo ganas de pasármelo bien.

-          Ala, Carol, déjala en paz. Que no eres su agente de la condicional. No te quiero asustar, pero te estás haciendo mayor amiga. –Julia intervino, echándole un cable a Kiki.

La castaña había decidido no contarle a su amiga lo que había pasado con Violeta. No quería que Carol le dijera que lo que estaba pasando no era bueno para ella. Eso ya lo sabía, pero si tenía alguna posibilidad con Vio no iba a dudar en intentarlo. Aunque lo de esta noche estaba siendo más difícil de lo que imaginaba. Se había planteado no ir a la cena, poner cualquier excusa, pero su parte masoquista la había llevado hasta allí.

De no verte nunca másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora