Jimin cultiva un árbol de la venganza dentro de sí, en el que crecen rosas negras. Las rosas son flores caprichosas y amantes del calor, necesitan ser regadas constantemente y recibir amor. Jimin pone toda su alma en ellos, se preocupa y sabe que tr...
- ¿Qué, Chim Chim, estás listo? – La vil voz de Ray resuena desde atrás. Park definitivamente se romperá el cuello si continúa provocándolo. Ray tiene veintiún años, unos músculos estúpidos, cero restricciones y ningún pensamiento racional. Jimin todavía no entiende por qué Yugyeom lo dejó cuando había otros chicos mucho más capaces que Song. El tipo no discutió ni le hizo a Kim ninguna pregunta adicional, porque podría haber quedado fuera de combate. "Vete a casa, Chim Chim, eres demasiado hermoso, demasiado gentil para esas cosas", continúa Ray, acercándose a él. Ray es una cabeza más alto, pero Jimin no va a perder. - Alguien como tú, sólo para tenerlo en todas las poses - fuiste creado para esto. "Jimin no puede soportarlo, pasa su puño por la cara de su competidor y lo empuja en el pecho. "Escoria", escupe Ray y está a punto de mover su mano cuando Yugyeom, que aparece desde el suelo, intercepta su mano. - Para. "La voz que me recuerda el desierto ártico me provoca un escalofrío en la piel". Jimin gira la cabeza, no va a decir nada, pero jamás permitirá que lo insulten.
Está harto de que todos lo vean como un pedazo de basura, que todos a su alrededor quieran follarlo y piensen que dejará que cualquiera lo haga si él no quiere. "Vamos", ordena Yugyeom, y la mirada furiosa de Park desde Ray se siente como si le estuviera desgarrando la piel. Si tuviera esa oportunidad, ciertamente la aprovecharía. Entran en una mansión donde la gente del clan camina, Jimin y Ray son revisados en busca de armas, y Yugyeom, mientras tanto, está hablando con alguien por teléfono. Jimin observa a todos, a todos en la sala. Detrás de los gestos, de las miradas fugaces, detrás de las palabras, mira a su alrededor y advierte detalles del interior apenas visibles en la penumbra. Se les ordena que vayan al segundo piso. Yugyeom los sigue, y antes de entrar a la oficina, Kim tira de Jimin hacia él por el codo y le susurra al oído: "No me decepciones".
Jimin entra a la habitación y echa un vistazo rápido al espacio. En la oficina solo hay una mesa redonda de roble con sillas y algunos cuadros en las paredes, pero el objeto más destacado de todo este ambiente es un tipo de piel de alabastro y cabello color sol sentado en el borde de la mesa con una pierna arrojado sobre el otro, que es tan guapo que Jimin se congela en la entrada y ni siquiera puede dar un paso adelante. - ¡¿Qué clase de ángel?! — de repente suena una voz ligeramente quebrada. El chico inclina un poco la cabeza hacia un lado para poder ver a Ray congelado detrás de él. "Aléjate, imbécil, eres demasiado grande", le hace un gesto con la mano a Ray, ordenándole así que se aleje. Jimin no sabe quién está frente a él, pero se queda sin aliento al verlo. - ¿Como? - una voz ronca desde un lado, viscosa y baja, y Jimin sabe a quién pertenece. Jung Hoseok se acerca lentamente al rubio sentado, ni siquiera mira a los reclutas de pie, todo lo que le importa en esta sala es Yoongi, evaluando a los recién llegados, decidiendo si los acepta o no. Hoseok confía completamente en Yoongi y la intuición de Min nunca falla.
El hombre vuelve su mirada hacia quien llamó la atención de su chico y se sorprende. Hoseok lo vio, Hoseok lo recuerda, Hoseok sonríe. "Y eres resistente, estoy seguro de que mis muchachos hicieron un gran trabajo, pero veo que no te importa, Chim Chim", Hoseok se lame los labios y muestra una sonrisa animal. - ¿Entonces se conocen? - Yoongi arquea una ceja con asombro y no quita sus ojos antracita de Park. "Fuera", le dice a Ray. "Y tomaste una decisión rápida", Hoseok cruza los brazos sobre el pecho y apoya el trasero en la mesa. "El clan necesita inteligencia, ya tiene montañas de músculos, pero éste", señala a Park, "es inteligente y muy observador". Tan pronto como llegó aquí, inmediatamente comenzó a mirar todo y a planear algo en su cabeza, ¿verdad? — mira inquisitivamente al moreno.
Jimin asiente, vuelve su mirada hacia Hoseok, quien enciende un cigarrillo y se lo pasa a Yoongi, quien da una calada y lo vuelve a poner en los dedos del hombre. Si la suerte está del lado de Park, entonces él está dispuesto a besarle los pies y cantarle odas al amor. Jimin gira bruscamente la cabeza hacia la ventana, detrás de la cual se escucha claramente el ruido de los neumáticos deteniéndose en el asfalto. Observa a Hoseok, quien se acerca a la ventana y mira hacia abajo. - Joder, ¿por qué carajo lo trajo aquí? - Hoseok maldice y tira su cigarrillo al suelo. - ¿A quién? - Pregunta Yoongi y salta de la mesa, como un gracioso gato. - Jeon Jungkook, joder.
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