Originalmente, en este espacio se encontraba la escena en la que la abuela de Allyson, la señora Sigrid Martin Riefenstahl, interactuó con Jake y Sarah, pero debido a las directrices de Wattpad que impiden el discurso de odio, me vi en la necesidad de no mostrarlo y en su lugar, voy a insertar algo mucho más edificante y favorable para el crecimiento espiritual de ustedes lectores como de la sociedad en general y...
...es broma, aquí está.
—Allye, querida —la abuela preguntó—. ¿Este eslavo y esta zamba te conocen?
—¿Esta que de qué, señora? —preguntó Sarah.
—¡Abuela! —las niñas Martin exclamaron.
—¡Mamá! —se les unió Colleen.
—¿Qué?
—Mamá, querida —Colleen tomó a la abuela de la mano y con sutileza de neurocirujano, de a poco la orientaba lejos de los amigos de Allyson—, ¿escuchaste la noticia que ahora quieren cambiar el Día de Gracias a "Día de Memoria Nativo-Americana"? Por allá hay chicos protestando.
—¿¡QUÉ!? ¡SOBRE MI CADÁVER!
—Mejor me uno —comentó Jessica—, esta es una maniobra en la que mamá necesita refuerzos.
En lo que la matriarca de las Martin se alejaba para darles un poco de espacio a tres adolescentes que son muy jóvenes para protegerse de las agresiones de alguien que piensa que la eugenesia fue injustamente descartada como campo de la medicina, espacio apareció para una conversación.
O al menos, un intento de ella.
—¿Esa era tu familia, me imagino? —comenzó Sarah a tratar de no romper el hielo, sino por lo menos destemplar su dureza.
—Les pido una disculpa —se excusó Allyson—, pero por más cortante que fuese, créanme: si le dan más tiempo, hubiera empezado a sacar palabras más complejas... y en alemán...
—Uno no elige a sus parientes —comentó Jake.
—¡Exacto! —Sarah recalcó—. Si busco en mi árbol genealógico, la mayoría de las mujeres de mi familia se quitaban la ropa por dinero.
—Y la mayoría de los hombres en mi familia le pagaban a esas mujeres —remató el muchacho.
Esos dos siempre tenían la capacidad de hacer emerger una refrescante sonrisa en Allyson aún en el más árido de los panoramas sociales; realmente poseían esa capacidad casi de super héroes, inclusive si esos poderes no eran dignos ni de miniserie en Disney Minus.
En el caso de Jake, una vez rebasado cierto nivel de nervios, observó con mayor atención a la rubia.
—Te ves muy bien —soltó, de forma tan involuntaria como el acto de respirar, incluso él no se dio cuenta de que lo dijo hasta después de haber dicho aquel comentario.
—¡Oh, esto! ¡No se acostumbren tanto! —exclamó Allyson, rascando por un instante su nuca—. No soy muy de iglesia, fue solo por algo especial... no tengo idea de qué, pero mi madre insistió en ello, y como ustedes dicen: uno no elige a sus parientes.
—¿Sabes algo? No digo que tu vieja no tenga algo metido en el culo y por eso sea así de ortiva la mayor parte del tiempo —declaró Sarah—, PERO si esa señora grande es la mamá de tu mamá, de hecho ahora puedo entender que la pobre tiene sus propios traumas.
—A veces olvido que...
—Sí, sí —la morena interrumpió—, que soy un genio o algo así.
—¿Y ustedes que hacen aquí? —la rubia cuestionó.
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Un Club Entre Dos
Teen FictionAllyson es en muchos sentidos una estudiante perfecta, y se espera mucho de ella de parte de su familia y de su escuela. Por eso sorprende a más de uno cuando termina en detención por, para ponerlo en términos sutiles, romperle el hocico a la capita...