Los vientos del norte empezaban a traer las señales de un cambio en la temporada: el frío empezaba a hacerse sentir, como un preludio a la sinfonía invernal que aunque estaba a un par de meses de distancia, ya estaba dando sus señales que vendría y vendría con fuerza.
Así que unirse a un grupo de chicas conocidas por bailar en faldas cortas al aire libre justo en esos momentos no fue la decisión más prudente. Pero si hablamos de prudencia, ¿cuándo le ha importado en esta escuela? ¿Y cuándo le ha importado a Sarah?
Además, ¿qué punto tenía el renunciar a todo cuando ya estás tan metida en ello?
—Jamás pensé en ver esto —Jake declaró, desde las gradas de la cancha de fútbol del colegio, sorprendido y atento al rally de animación, para inaugurar la temporada deportiva escolar
—Medio entiendo lo que quieres decir —Allyson comentó—, no te imagino como el tipo de chico que asiste a eventos así.
—¿Y cómo qué tipo de chico me ves entonces?
—Como el tipo de chico que si viene a las gradas, está debajo de ellas, fuera de horas de clases, y a vender mercancía que no se puede vender precisamente con muchos ojos testigos.
—Poco a poco se te ha estado quitando lo inocente, ¿o no, rubia?
—Bueno, no se puede ser una taruga toda la vida, sin ver lo que es SÚPER MEGA OBVIO para todos como si estuviera frente a ti y... —Allyson se inquietó—. ¿Jake?
—¿Sí?
—¿Tengo algo en el rostro?
—¿Por qué preguntas?
—Porque de nuevo te me estás quedando viendo a él y tengo la sensación que es porque debo de tener una mancha o algo así —sugirió Allyson, incapaz de comprender que alguien podría vista de una forma SÚPER MEGA OBVIA (sus palabras) si es que no estaba relacionado a un momento vergonzoso.
—No, es solo... —Jake dijo, al filo de su asiento, y al filo de sus sentimientos: cada vez se volvía más difícil el ocultar lo que sentía, así como el encontrar motivos para seguir ocultandolos.
—¿Es solo qué?
Pero al final, una vez más, encontró dentro de sí un motivo más.
—Nada, es solo que... me encanta tu brillo de labios, ¿me lo podrías pasar?
—¿Te encanta mi brillo de labios? —la rubia preguntó sacada un poco de la jugada—. ¿Y quieres que te lo pase? ¿No tienes una vida nocturna de la que no estoy enterada? ¿Oh sí?
—No, claro que no... no importa cuánto Sarah me haya intentado convencer de lo contrario.
—Nada raro en absoluto —declaró Allyson con pizcas de sarcasmo.
—Bueno, no es lo más raro que ella ha hecho o dicho y eso que no la conozco desde hace tanto tiempo —respondió Jake—. Es decir, ¿qué la llevó a unirse? No creo que ella tenga el estilo de seguir órdenes y conformarse con un grupo, ¿qué estará planeando?
—Sarah tiene mucha energía y problemas para poner atención, así que quizá llegó a la conclusión que una actividad de enorme desgaste físico con el que podría desarrollar compromiso y disciplina, valores que la ayudarían bastante a tener un estado mental más saludable.
—Eso —Jake asintió, no encontrando muchos huecos en la trama lógica planteada por Allyson—. O está planeando algo.
—¿No puedes tener algo de fe en ella? ¡Debe de haber algo más en su cabeza que solo locuras al azar!
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Un Club Entre Dos
Ficção AdolescenteAllyson es en muchos sentidos una estudiante perfecta, y se espera mucho de ella de parte de su familia y de su escuela. Por eso sorprende a más de uno cuando termina en detención por, para ponerlo en términos sutiles, romperle el hocico a la capita...