Si algo hemos aprendido como sociedad, es la libertad que ofrece el trabajo a distancia, y en el caso de Allyson, eso incluye poder corregir con toda sinceridad las pobremente escritas letras de Ryan.
Pero también hay una dura verdad: hay asuntos que solamente pueden tratarse, —y con eso quiero decir, tratarse bien y a fondo—, con la comunicación cara a cara.
—¿Te invitó a su casa? —preguntó Sarah, a la salida de ese día de clases, mientras ella, la rubia, y un muy inhibido y callado Jake caminaban los pasillos hacía la puerta principal del instituto —. ¿Para qué dijiste que era?
—Quería ver mis notas y que escuchara lo que está preparando —dijo Allyson—, es solo eso, es trabajo, no es algo personal o un asunto así.
—¿Estamos seguras de eso? —la morena le cuestionó, arqueando una ceja.
—Algo me dice que estás siendo un poco sugerente.
—¡Bueno! ¡Es que yo conozco a los chicos! ¡Y también un poco a los no tan chicos! ¡Sé que pueden decir tener unas intenciones pero en el fondo buscan otras cosas también!
—¿Quieres decir... algo tipo... un momento a sol...?
—De sexo, rubia —intervino Jake—, Sarah está hablando de sexo: coger, follar, hundirse en la alberca, el tango de los huesos.
No fue la mezcla entre crudeza directa seguida de eufemismos gastados lo que sorprendió y dejó calladas a las dos chicas, sino más bien la actitud: fue uno de esos momentos clásicos de "fue cómo lo dijo, no lo que dijo". Jake no era famoso por su dichoso tono al hablar, pero hasta para él, sus palabras y su alocución resultaron demasiado cortantes.
—¿Te sientes bien? —preguntó Allyson.
El chico hubiera preferido que le devolvieran el favor, siendo tratado con la misma aspereza que soltó de sus palabras, ¿pero genuina y básica consternación? Si había un reino animal, Jake sintió que justo se acababa de ganar su ciudadanía en él.
—Ha estado bajo algo de presión —explicó Sarah—, lo tiene preocupado lo del concurso de talentos.
—¿El concurso de talentos? —la rubia se expresó con sorpresa—. ¿Qué, acaso hacer hierba en los jardines escolares cuenta como talento?
El intento de chiste de Allyson cayó con tanta gracia como una bomba atómica en un campo de refugiados.
—Vale, mil disculpas, Jake —la quinceañera se excusó—, como podrás ver, la comedia no está entre mis talentos. PERO debes admitir que si es algo salido de la nada, ¿vas a participar en el concurso?
—¡Oh, sí! ¡El concurso de talentos! —Jake presumió, de nada, pero presumió—. ¡Tengo muchos de ellos y he estado preparando algo desde hace un tiempo!
—¿De verdad? —dijo Allyson.
—¡¿De verdad?! —Sarah añadió, con menos entusiasmo ingenuo y más bien "no sabes en que te estás metiendo, salte de esto antes de que se ponga mucho peor".
—¡Sí, sí tengo! —Jake exclamó—. ¡Y no importa si es que no creen en mí, o si en realidad nadie cree en mí! ¡Me voy a parar enfrente de todos, ya sea lo quieran o no, y no pueden decir cosa alguna para hacerme re—!
—¡Qué maravilloso! —en júbilo declaró la rubia adolescente.
—...¿perdón, cómo dijiste? —preguntó Jake, con un tanto más de serenidad en su discurso.
—Bueno, me parece fabuloso que si tienes algo que compartir, de hecho lo hagas.
—¿Te parece?
—¡Sí! —asintió Allyson—. Es algo que de hecho siempre he admirado de los artistas y los entretenedores. Lo digo como una persona muy cohibida... excepto cuando se trata de golpear personas, jeje... pero, ya en serio, y sin más intentos patéticos de hacer reír: me alegra mucho oír eso de ti, Jake; espero que te vaya bien y sé que lo que vas a preparar será increíble, y...
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Un Club Entre Dos
Novela JuvenilAllyson es en muchos sentidos una estudiante perfecta, y se espera mucho de ella de parte de su familia y de su escuela. Por eso sorprende a más de uno cuando termina en detención por, para ponerlo en términos sutiles, romperle el hocico a la capita...