EPÍLOGO

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Toda la vida me han llamado "princesa": a veces, de cariño; en otras ocasiones, con sarcasmo. Pero creo que solo en el último año me he sentido realmente rica y privilegiada. No en lo material, —aunque no mentiré que en eso también—, sino en el hecho que por primera vez, siento que tengo gente que se preocupa por mí.

La vida en St. Georgine es interesante, y puedo ver por qué papi insistió en al menos darle una oportunidad a esta escuela. No cabe duda que le sacaré provecho, prometo no decepcionar a nadie.

Pero cuando termina el estudio, y tengo la oportunidad de volver a lado de Jake, Sarah, y algunos más, me siento más en casa que mi propia casa. Comiendo una pizza, compartiendo historias, haciendo historias entre nosotros, y recordando a los ausentes.

Vaya año; creo que ha sido el más importante en mi vida hasta ahora.

¿Qué sigue ahora? Eso está en mis manos.

Por lo pronto, a la vida, y a quienes han estado en mi camino acompañándome: gracias... totales.


Un Club Entre DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora