Introducción

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¿Alguna vez te has preguntado cómo sería poder ver los sonidos?

Existe un fenómeno neurológico denominado sinestesia que hace que esto sea posible para algunas personas. Esto ocurre debido a un aumento en la conectividad cerebral, por lo que un estímulo en concreto desencadena la activación más de un sentido a la vez. Es por esta razón que se puede percibir un sabor al pronunciar u oír una palabra, escuchar un sonido al sentir una caricia o asociar números, letras o nombres de personas a determinados colores.

Esos son solo algunos de los tipos de sinestesia más frecuentes. Hay once en total. Yo puedo observar sonidos.

Se estima que aproximadamente el 4% de la población mundial presenta esta condición, la cual está muy ligada a la creatividad y a una gran memoria musical. Varios artistas famosos nacieron con esta condición, como Beethoven, por ejemplo. Él era sinestésico y revolucionó la historia música con la creación de sinfonías.

Tenía una extraordinaria habilidad para la composición, algo que quizá no comparta conmigo, pero creo que mi voz merece ser escuchada de todas formas.

Siempre he amado la música. No recuerdo cuándo fue la primera vez que escuché una canción y me vi envuelta en colores. Sin embargo, pienso que esta consiste en un lenguaje universal, así que trato de usarla para unir a las personas. A través de mis canciones intento llevar un mensaje.

Sueño con tantas cosas que me asusta no poder cumplir ninguna de ellas.

¿Y cómo no tener miedo?

Si el año pasado cuatro mil cincuenta mujeres fueron asesinadas en América Latina y un gran número de casos continúan impunes.

Si vivimos en un mundo donde las mujeres salen de casa sin saber si van a volver.

Si aquellas que se arman de valor para denunciar abuso son ignoradas por las autoridades y cargan con la culpa de haber "provocado" a sus agresores con su forma de vestir.

Si el sistema de justicia de algunos países les reduce la pena a los violadores que se casan con sus víctimas (muchas de ellas menores de edad).

No le tengo miedo a la muerte, porque sé que ella da paso a la paz, pero sí a morir. A hacerlo antes de haber cumplido mis sueños. A agonizar en las manos de un depravado y que mi nombre sea uno más en la lista de mujeres asesinadas. Me resulta aterrador que mi destino no dependa por completo de mí. Que alguien pueda interferir y decidir cuándo mi vida llegará a su fin.

Espero que algún día la sociedad se vuelva un lugar seguro para nosotras. Y también espero estar ahí cuando eso pase. Quiero ser parte de ese futuro, ¿y qué mejor arma que la música?

¿Me escucharías cantar?

Escúchame cantarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora