013 - Labyrinth

327 33 8
                                    

Esa noche, Taylor se dio cuenta que ella y el alcohol eran un completo desastre, desde esa noche, Selena no dejó de preguntarle acerca de Lana y eso solo la hacía recordarla aún más.

Habían pasado un par de meses más, y le era imposible olvidarse de todo lo que tuvo con Elizabeth, era como una marca en su mente, en su corazón, en su cuerpo.

Los meses alejadas habían sido inaguantables, trataban de buscar amor en todo y todos tratando de sentir al menos una pizca de los millones de sentimientos que tenían la una por la otra, en todos los lugares equivocados siempre, porque el único lugar correcto parecía ser ese verano en Nueva York que parecía haberse esfumado.

Ahora Taylor admiraba la vida de Lana en solo fotografías de la misma manera que solía admirarla al dormir, ahora saber de ella se reducía a las redes sociales y a oír su voz en el nuevo álbum que había lanzado hace un par de semanas que era absolutamente una obra de arte, y le hacía recordar todas esas veces que Lana le había contado de Ocean Blvd con tanta emoción.

El día del lanzamiento del álbum miró su teléfono probablemente más de cien veces, estaba tentada en llamarla y decirle lo mucho que lo había amado, también pensó en enviarle algún regalo, pero pensaba que sería incómodo de recibir para Lana, ya que si no la había buscado era porque ya no estaba interesada después de lo que Taylor hizo, o eso pensaba la rubia.

Pero la verdad es que Lana nunca dejó de pensar en ella y sentir todo el amor que le tiene, trataba de olvidarse de su dolor y volver a buscarla, pero siempre había algo que la hacía soprepensar y la llenaba de dudas y preguntas que abrumaban su mente y le impedían buscar al que parecía ser el único amor de su vida.

No había ningún día en el que Taylor no extrañara a Elizabeth, parecía que Nueva York le recordaba más a ella, incluso cuando ya su cama había perdido el aroma a Lana y se sentían como años sin ella.

Pensó en volver a su casa Los Ángeles y solo intentar seguir con su vida y olvidarse de todo lo que había pasado con Lana, así como pensaba que ella lo había hecho, pero sería aún peor y aún más intentar olvidarla, sabía que era imposible y ni siquiera lo intentaría, eso era lo único que le quedaba de ella, sus recuerdos.

Bueno, sus recuerdos y ese dibujo que le había hecho que siempre llevaba con ella, decidió verlo una vez más y recordar el momento en el que Lana se lo dió. Detallaba cada pequeño trazo sin saltarse ni uno y leía una y otra vez la firma de Elizabeth, el sol intenso de mediodía parecía acompañarla, y un rayo de él se posó en una parte del dibujo que Taylor aún no había visto, fue como si el sol le indicara algo, en cuanto volteó la hoja, se dió cuenta de un pequeño poema escrito por Lana.

Cuando te encontré, tenía miedo de volver a caer en el abismo de un amor que fracasaría, estaba cegada por heridas pasadas que no dejaban a mi corazón ser libre, me sentía perdida
en la soledad de una ciudad vacía,
  caminando por calles perdidas.
Pero en esa soledad, apareció un rayo de sol que cambió mi vida por completo, con esos ojos azules como el mar que destilan confianza y ternura, como un faro en la noche que me guiará a casa, una estrella ardiente que me proteje, y el miedo se desvanece como por arte de magia.
Tú eres magia, y eres mi arte, Taylor.
—Elizabeth Grant.

Taylor no podía creer como no lo había leído antes, lloraba de emoción y tristeza a la vez sabiendo que no podía abrazar a Lana y decirle que ella también era su magia, su arte, y su vida entera. Odiaba el hecho de que habían pasado más de seis meses y aún no tenía la valentía de ir por ella y decirle todo lo que sentía por ella, abrazarla y no dejarla ir nunca. Leer las palabras tan dulces de Elizabeth fue como encontrar la claridad en sus sentimientos por fin, como si algo le hubiese hecho ver la realidad que le costaba aceptar.

𝐅𝐋𝐈𝐏𝐒𝐈𝐃𝐄 - Taylana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora