019 - Yosemite

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Taylor acogió a Elizabeth en sus brazos mientras sus lágrimas aún corrían por sus mejillas ya rosas de tanto hacerlo, pero esta vez no se sentía culpable de mostrarse débil, era un sentimiento algo extraño, quizás estaba superando sus miedos, o quizás se trataba de Taylor.

A decir verdad, desde el primer día pudo sentirse cómoda a su lado, había encontrado esa comodidad especial que no había encontrado en nadie más, y se sentía bien haberlo hecho después de todo el tiempo, todos los extraños lugares y personas en las que buscaba ese amor verdadero, y en el momento en que pensó en que lo haría en otra vida y estaba a punto de rendirse, llegó ese rayo de sol a su vida llamada Taylor Swift.

Era extraño, era un amor completamente diferente al que se consideraba “normal” ante el mundo, pero era el más puro que nunca antes había sentido por nadie.

—No llores más, Lizzy—Susurró la rubia con su dulce voz—No merecen ni una más de tus lágrimas.

Taylor buscó el rostro de la castaña que se escondía en su pecho, tímida como el capullo de una rosa blanca, las marcas de sus lágrimas parecían un camino en sus mejillas y sus ojos habían perdido un poco el color verde brillante habitual tan hermoso. Ella limpió sus lágrimas y acariciaba su rostro suavemente, tratando de calmar su tristeza.

—Solo estoy cansada de que mi esfuerzo nunca sea lo suficiente como para ser la mejor—Dijo Elizabeth por fin en un doloroso hilo de voz.

Taylor pudo sentir la tristeza de Lana con tan solo ver sus ojos y le dolían sus palabras, sabía todo el esfuerzo y dedicación que ella ponía en cada uno de sus trabajos y se evidenciaba en ellos con tanta perfección que tenían, estaba decepcionada de saber que dentro de la industria seguían tachando a Elizabeth por su pasado, y no reconocían todo su arte y sus logros a lo largo de su carrera.

—Lizzy—Su tono de voz era suave y bajo, como si estuviese contando un secreto—Tú ya eres la mejor, y no necesitas de un premio para saberlo. Desde el inicio de tu carrera has hecho de la industria algo mucho mejor, eres la inspiración de muchos grandes artistas que te admiran, y me incluyo. Tienes una voz única que hace a cualquiera embelaesarse contigo, eres una poeta y compositora inigualable incluso cuando eres espontánea, solo tú sabes todo lo que has logrado durante toda la década que llevas en esta industria y hay millones de personas que te admiran y sueñan con ser como tú. Elizabeth, eres la reina, la reina del alternativo y nada cambiará eso, mucho menos solo un premio, tú eres perfecta, y una artista incomparable, no quiero ver a mi estrella triste por algo como eso.

Lana pudo sonreír en medio de sus lágrimas, era tan increíble como Taylor era tan diferente a cualquier otra persona, tal vez alguien más le diría que se esforzara aún más, pero Taylor la hizo sentir tan bien con solo sus palabras que se sentía irreal. Por fin se sentía como en casa con una persona, era todo lo que había estado esperando y que alguna vez pensó que sería imposible.

—Gracias, cariño—Taylor sonrió al volver a escuchar ese tierno apodo de los labios dulces de la castaña—No sé cómo pero, siempre me haces sentir bien.

—Te amo, Lizzy—Le dió un beso en la frente dándole calma, incluso dejó de llorar—¿Qué tal si te pones la pijama mientras te preparo un café para calmarte? Me quedaré contigo esta noche si te hace sentir más segura, bebé.

Elizabeth asintió con una sonrisa adornando su rostro cansado, era un verdadero placer pasar tiempo con la rubia, y estaba feliz de que lo estuviesen haciendo tan seguido.

Taylor la hacía sentir que era invencible, y que no tenía que temerle a nada, sus miedos habían desaparecido y sus sentimientos ya no tendrían que ser invisibles, al final del día no tenían nada que perder, nada que ganar, solo tenían que centrarse en hacer de sus vidas una hermosa obra de arte. Y lo harían, lo harían por amor o por diversión, lo harían por ellas mismas, lo harían por las razones correctas.

𝐅𝐋𝐈𝐏𝐒𝐈𝐃𝐄 - Taylana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora