No vas a ir.

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Gedeon Korrat

Dejo mi cazadora en el auto, no quiero llenarla de sangre, me bajo de este con mi Vp9 y dos cuchillos, Amos llega detrás de mi y me sigue los pasos.

-¿Está es la ubicación?

-Si, está es la ubicación exacta, según Zacarías aquí está el cargamento que le robaron.

-¿Que haremos con ellos?

-Exterminarlos Amos, ya sabes que el robo en las Vegas es imperdonable.

Entramos al galpón, efectivamente las cajas que iban para un barco están allí detenidas, los hombres están jugando cartas y bebiendo algún ron barato, me acomodo el cuchillo en el pantalon y hago mi entrada triunfal, disparo justo en la cabeza del que está a la izquierda, la sangre y parte de la cabeza le salpica a los demás, pero también el que estaba en el frente a caído muerto.

Los hombres buscan sus armas detrás de sus pantalones pero ya Amo tiene precisado a los otros dos, un disparo limpio.

Observamos la escena.

-Debimos interrogar -asegura amo, guardando su pistola en la parte trasera de su pantalón.

-Ya Zacarías sabe quién mandó a robarle el cargamento, así que no , estos no nos servían para nada-me detengo a observar y es justo cuando lo veo-. Agáchate.

Digo, empujando a Amo en el suelo, la bala logra rozar mi brazo y un puto ardor me recorre este.

Amo saca el arma y le da un tiro en el corazon, le hombre cae en el suelo y sus ojos nos acusan desde la distancia.

-Dejame ver esto -pide Amo , pero yo lo aparto.

-No es nada es un roce-me levanto presionando la camisa en la herida, después de revisar el lugar y asegurarnos que no hay nadie más,decido dejar que Amos y el resto carguen la mercancía y volver a casa.

Al entrar a casa, lo primero que veo después de pasar la seguridad es a Varvara y Ébano arropados en el sofá de la sala, nunca antes había sentido tanta envidia de un perro como la tengo de Ébano.

Voy con cuidado para no despertarla, pero el perro idiota hace su jugada y lanza un ladrido, un ladrido ensordecedor y Varvara se despierta sobresaltada, sus cabellos están desparramados y su vestido se ha subido por todos lados, respiro profundo tratando de calmar mis instintos salvajes.

-¿Gedo que te paso? -su rostro está lleno de preocupación y su voz cargada de angustia.

-No es nada, solo un roce -digo encogiendome de hombros.

-¿Dónde están las gasas aquí?

-En mi cuarto -digo bueno hay también en la cocina y por todos lados supongo pero las que están en mi cuarto son las que yo compré.

-Ven, vamos -me empuja por la espalda hacia mi ala en la mansión.

Cuando llegamos al cuarto, entro detrás de ella.

-Las gasas están allí en mi closet -digo señalando el lugar exacto.

Ella abre el closet y tarda unos segundos en conseguir la caja que tiene gasas y algunos medicamentos.

-Ven siéntate aquí -señala la cama , mi cama y ella se detiene justo en frente esperando que yo tomé el puesto que ha ordenado.

Lo primero que hace es limpiar la herida con alcohol y gasas, sus ojos azules se ven tan hermosos y concentrados, no puedo dejar de perderme en ellos.

-¿Te duele? -su voz es suave como esa brisa fresca de las mañanas.

-No mucho es tolerable.

Ella sigue concentrada poniendo las gasas y yo disfruto de verle.

-Listo ya está, debes tener más cuidado Gedeon, ¿Que te tenía desconcentrado? -comienza a recoger las cosas de la cama y yo siento una necesidad inmensa de agarrarla de la cintura y lanzarla en esta.

-Ya sabes cómo es esto Varvara no siempre es la concentración -me acomodo los lentes, mientras trato de no verla mientras coloca la caja de nuevo en el closet pero es inevitable, es preciosa, de una manera angelical y dulce como un suspiro.

-¿Por qué no te quedas a cargo del sistema y las computadores? -se gira y en sus ojos oceanos me parece haber visto un leve destello de miedo. .

-Soy un Korrat no nací para esconderme detrás de un ordenador.

-Yo voy a esconderme detrás de un despacho -se ríe sinceramente.

-¿Quieres ser pianista?

-No quiero, Gedeon yo soy una pianista el hecho de que nadie me conozca como tal, no significa que no lo sea -se queja mientras se sienta en el sillón del frente, Ébano se ha echado en mi cama y trato de no pensar en las pulgas que debe tener.

-Lo eres , te he visto tocar, eres deslumbrante -ella junto al piano son como una obra de arte, son como una explosión de pintura, un arte único y perfecto.

-Gracias -un bostezo se escapa de su boca.

-Bueno gracias por ayudarme Varvara, nos vemos mañana.

-Vale, por cierto Gedeon , mañana voy a salir con Mateo está de paseo por aquí.

Toda mi calma se ve revolucionada en ira al escuchar ese nombre

-¿A dónde te va a llevar?

-Hakkasan Nightclub -dice sonriente, ni de coña ella va a pisar ese lugar.

-No, no vas a ir a ese lugar -sentencio, sin ningún remordimiento, está en las Vegas y en las Vegas mando yo.

-¿Disculpa? -sus ojos azules se estrechan y veo la ira creciendo en ella.

-Ese no es un lugar para una señorita Varvara -digo mientras me mantengo firme frente a ella.

-¿Quien te puso de niñera?

-Estas en mi territorio Varvara eres de mi responsabilidad, yo tengo que responderle a Kanat por cada cabello tuyo.

-Escuchame bien Gedeon, voy a ir a ese club quieras o no -da dos pasos frente a mi -. Mateo tiene seguridad, no me pasará nada.

¿Seguridad? Ese niño tonto no sabe dónde está parado.

-Ese es solo un tonto que lo único que sabe es drogarse -sentencio mientras veo la ira de Varvara crecer frente a mi.

-No te atrevas a meterte con Mateo, el no es ningún drogadicto, el es mucho más que los demás piensan que es.

-¿No me digas, es un príncipe encantado? -le doy una sonrisa burlesca.

-Es amable conmigo, es de los pocos chicos que me tratan bien...

-¿Quien te ha tratado mal? -como es posible que alguien la trate mal y yo no lo sepa.

-Es un decir, me agrada el Gedo y no vas a alejarnos -respiro profundo , necesito calmar mi mente antes de hacer una locura.

-Voy a ir contigo -sentencio firmemente-. Estaré allí pero les daré su espacio.

La niñera literalmente casi suelto una maldición.

-Perfecto -me sonríe ampliamente, justo me da esa misma sonrisa que me daba cuando era pequeña y conseguía de mi lo que quería.

-Buenas noches-le digo saliendo de esa habitación antes de que la parte racional de mi deje de funcionar.

Peligrosa Audacia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora