Crujir

83 4 3
                                    

Nikita

Se fue huyendo como si le hubiese dicho que tenía una enfermedad, no puedo mantenerme en calma, han pasado ya más de dos horas desde que salio, una tristeza profunda se instala en mi interior, yo no estoy segura de que estoy embarazada puede que solo sea un retraso o que algo paso con el aparato, pero yo pensé que lo que teníamos era real ahora me doy cuenta de que solo son naipes que el viento las hace volar.

Decido ir al jardín, cuando me encuentro desesperada no hago otra cosa que sembrar, es el único recuerdo que tengo de mi abuelita, sembrar decia ella que nos salva, ella creía que las flores y los árboles también eran buenos amigos de esos que tus secretos no se los cuentan a nadie.

—Nika que haces afuera —Gedeon comenzó a caminar hacia mi.

—Plantando unas últimas rosas ... ¿Y tú qué haces aquí?

—Solo estaba por la cocina cuando te Vi aquí —se encoge de hombros—. ¿Paso algo entre Zacarías y tú?

Mis ojos se llenan de lágrimas y solo niego con la cabeza.

—Vamos Nika, tenemos ya diez años conviviendo y solo vienes de noche a este lugar cuando estás triste —me sorprende que sepa eso de mi.

—Creo que estoy embarazada Gedeon.

—¿Estás segura?

—No segura, pero tengo días ya sabes de retraso y creo que si, Zacarías no quiere este bebé aún si fuera real.

—¿Zacarías no quiere un bebé tuyo?

—Bueno no mío en general no quiere ser papá.

—¡Que imbécil! No te preocupes por nada Nika, mañana podremos ir al médico y saber que pasa, ignóralo.

—Tengo miedo Gedeon, y si Zacarías me saca de aquí.

—Primero tendría que matarme, tu no vas a ningún lado, ahora pasa, come algo y descansa que si estás en estado debes empezar a cuidar más tu salud.

Extiende una mano para ayudarme a levantar del suelo frío y lleno de tierra.

—Espero que sea un niño porque si es una niña Zacarías no va a soportar —bromea mientras me lleva hacia la cocina.

Pero cuando entramos está Zacarías allí lleno de sudor, tomando algo del refrigerador.

—¿Podemos hablar? —pide Gedeon con una voz profunda y gruesa.

—¿De que? ¿De las mentiras de tu cuñada?

—Yo no te menti Zacarías.

—No estoy hablando contigo —esa voz fuerte y horrible que usaba antes ha vuelto.

—Nika puedes dejarnos a solas por favor —Gedeon se gira hacia mi y me súplica con la mirada que salga de allí.

Asiento saliendo del lugar y me encuentro con Varvara, quien se detiene junto a mi en el pasillo.

—¿Que mierda te pasa Zacarías? —la voz de Gedeon retumba por el lugar.

—A mi no me pasa nada fui muy claro con ella, yo no quiero hijos, no los quiero.

—Pues si no los querías tenías que hacerte una intervención tu cabron no poner el peso de eso sobre ella —hay un golpe en algo Pero se que entrar sería peor, Varvara me mira con los ojos pelados y se aferra a mi brazo.

—Tu no te metas en esto ¿Que está pasando entre tu y la niña de los Chein?

—Es mi novia —ahora soy yo quien miró a Varvara sorprendida.

—No me digas, eres un imbécil meterte en las bragas de la consentida de los Chein es la mejor ofrenda de paz que les darás.

—Ya hablare yo con ellos, eso no es problema , en cambio tú, que piensas hacer ¿Pedirle a Nika que aborte el bebé?

Mis piernas me tiemblan, no, Zacarías no me pediría algo así ¿Se supone que el me ama o no?

—Es su decisión si lo quiere tener que lo tenga yo no pienso formar parte de la vida de ellos, esto entre ella y yo ha terminado.

Dicen que el corazón no puede romperse en pedazos que es solo en sentido figurado pero yo no lo creo porque justo en este momento siento que mi corazón a crujido que mi pecho arde y que mis piernas han perdido las fuerzas.

—Vamos Nika escuchar esto no te hará bien, deja que se calme no creo que hable enserio —Varvara me empuja hacia las habitaciones y camino por inercia, cuando llegamos a nuestro cuarto nos detenemos.

—¿Quieres que te acompañe o prefieres estar sola?

—Estoy bien, anda tranquila —digo tomando el pomo de la puerta, pero aún mis manos tiemblan.

Entro en la habitación y le pongo seguro, no lo quiero cerca de mi, agarro una maleta y meto un par de cosas, yo no voy a quedarme aquí, busco en la gaveta donde guarda el dinero y tomo unas cuantas pacas, y sin pensarlo mucho cambio de idea y dejo la maleta para que la seguiridad no sospeche.

Aún cuando voy saliendo las voces de Gedeon y Zacarías se escuchan en gritos, están discutiendo aún, la razón soy yo y mi bebé, o mi posible bebé. Salir de la mansión es una tarea difícil puesto que la seguridad es un blindaje así que uso una pequeña mentira.

—Robert , Zacarías y Gedeon se están matando allá dentro manda a la seguridad por favor —suplico mientras Robert corre hacia la seguridad yo aprovecho el espacio de el, y me escabullo.

La oscuridad de la ciudad me da nervios, decido parar un taxi, al subir en el le doy la dirección de un hotel cercano que es el único del que me se el nombre puesto no había prestado atención a hoteles, al llegar al lugar, pido una habitación y me encierro en ella, necesito calmar mi mente, mañana iré a un doctor y luego decidiré que decision tomar Pero sea cuál sea, Zacarías Korrat hoy ha muerto para mí.

Peligrosa Audacia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora