Varvyra Chein
Una sensación de dolor me invade, no se porque me importa tanto Silas, no se porque razón me siento fatal con las cosas que le dije, pero ya no puedo seguir en esta situación, no puedo seguir, encontraré una forma de sacar a Kanat y a Dominic de ese lugar, Pero no terminando metida en un infierno.
Silas es de esos hombres que te hacen caer a sus pies, y de allí uno nunca sale bien, en cambio Gedeon es de esos hombres que caen a tus pies.
Mi llanto se vuelve más fuerte mientras mis emociones se vuelven más confusas,¿Realmente amo a Gedeon Korrat? O es algo a lo que me aferró sin darme cuenta ¿Realmente me enamore de Silas? No, niego rotundamente, no es fácil, Gedeon hace que sienta cosas muy emocionales, profundas en cambio Silas siempre me lleva al lado más instinto sexual.
Respiro sacándome las lágrimas, estoy segura amo a Gedeon, y Silas solo me parece un hombre hermoso ¿Se supone que cuando amas a alguien todo los demás quedan nulos a tu vista? Eso creí siempre hasta ahora, creí que si amaba a alguien jamás podría encontrar atractivo a otra persona o deseable pero estaba muy lejos de la realidad.
Me seco las lágrimas y me acerco a la habitación donde están Ámbar, Rebbeca,Stella Vegoña y Lina. Están todas durmiendo, y me parece de lo más hermoso que he visto en estos últimos días, Vegoña está abrazando a Rebbeca y a su vez abraza a la niña. Ámbar está en un colchón en el suelo con Lina entre sus piernas como si fuera una niña pequeña , los dedos de Ámbar están enrredados en los cabellos de Lina, ellas se tienen unas a otras.
La idea de que Kanat y Dominic nunca puedan tener la libertad me golpea en lo más profundo, toda mi vida fui la niña mimada de Kanat y Dominic, siempre pensé que ellos me permitían saber parte de su mundo, pero lo cierto es que ellos me mantuvieron en una nube, en una burbuja intocable, Kanat y Dominic son mis padres, no conocí a los míos, cuando aprendí a manejar mi primera bicicleta fue Dominic quien apretó las rueditas y Kanat fue el que me hizo quitárselas. Cuando me sentí fea en la escuela fue Kanat que me dijo que era preciosa como el, y me hizo sentir especial, cuando me caí y fracture mi brazo, Kan y Dominic me dieron a comer gelatina, me hicieron pudin mientras yo veía mi comiquita favorita. Un sollozo me rompe e intento frenarlo Pero es inevitable me siento en el pasillo y me permito sentir lo que llevo meses tratando de no sentir, el abandono absoluto, nunca planee mi vida sin ellos, nunca pensé que existiera una forma de vivir sin el ceño fruncido de Kanat y la sonrisa preciosa de Dominic, nunca pensé que tendría que levantarme sin ver a Kanat leyendo las noticias en su tablet y Dominic llegar sudado de tanto correr, nunca pensé que los perdería así, mi única familia aparte de Pavel.
—Varvyra amor —el susurro de Gedeon me hace levantar mis ojos, el me agarra como si fuese un bebé y yo le rodeo el cuello, no quiero ser fuerte, no quiero ser más fuerte, quiero sentir.
Cuando me mete en la habitación donde se está quedando no me suelta, se recuesta del espaldas y me aprieta más a el.
—¿Que pasa muñequita?
—No quiero que pienses que soy débil Gedo, pero no puedo más.
—Ya amor, suelta todo eso—susurra mientras acaricia mi espalda—. Estoy aquí, todo va a solucionarse.
—Gedo y si nunca logro sacarlos y si...
—Mirame Varvyra —sus manos me hacen verle—. Voy a sacar a tus hermanos de ese lugar, tu volverás a Francia, trabajarás en lo que te gusta y yo estaré contigo cuidándote cada segundo de tu vida.
—¿Que piensas hacer?
—Confia en mi, estamos cerca de lograrlo.
Solo me aferró a esa esperanza, espero con todas mis fuerzas que lo logremos, no quiero perderlos, los necesito tanto, los extraño tanto, extraño cada parte de ellos. Gedo me acaricia la espalda mientras me canta una nana Francesa.
Mon ami Pierrot
Prête-moi ta plume
Pour écrire un mot
Ma chandelle est morte
Je n'ai plus de feu
... Su voz es preciosa, me calma cada frase que va dándole sonoridad.
—Te amo mi muñeca —su voz es un susurro en mis mejillas—. Duerme, hoy ha sido un día muy largo.
Asiento mientras acaricio su brazo y busco olvidar todo lo vivido hoy, Rafael muerto, un estremecimiento me recorre el cuerpo, nunca había visto la muerte tan de cerca como hoy, pudieron matarme y no quiero morir tan joven, siempre soñé con ser una gran empresaria, dos hijos y una casa pequeña donde no necesitemos más que lo necesario, un esposo como Gedeon y domingos familiares, una vida sencilla, Pero cargada de mucho amor, una vida tranquila pero llena de esa paz que el dinero no puede comprar.
Casi sonrió ante la irónica, la mitad del dinero de Kanat y Dominic está bien guardado en empresas legales, si ellos pudieran comprar a cualquier persona de la ciudad probablemente lo podrían hacer, pero no se puede y entonces el dinero se vuelve nada.
Una profesora del colegio una vez dijo que hay cosas que el dinero te las puede dar Pero hay otras que tienes que ganarte las a pulso, hay cosas donde el dinero no vale nada, salud o prisión, si eres culpable por mucho que pagues terminas cayendo en el lugar donde quizás todo comenzo en un bar jugando pool y sonríendo, la policía no le importará si tienes millones de dólares en tu cuenta bancaria, no le importará si donaste millones a orfanatos, nada te salvará al caer.
ESTÁS LEYENDO
Peligrosa Audacia
Teen FictionVarrvyra Chein ha pasado años amando cada parte de Gedeon Korrat, cada minúsculo gesto. Hasta que de repente el empieza alejarse de ella, tanto que incluso su mera presencia lo hace salir huyendo. Algunos corazones son fuertes y duros, otros son bla...