Varvara Chein
No he podido dormir ni un segundo, tengo una necesidad de llamar a Gedeon, necesito llamarlo necesito verlo, necesito que sepa que todo esto es mentira que yo lo amo, pero no puedo, no puedo ponernos por encima de Kanat y Dominic.
Cuando Silas se levanta del sillón maldigo su estupida cara perfecta, nadie debería verse así de ilegal, definitivamente la belleza de Silas no es de esas bellezas perfectas, es más bien de esas que tienen algo que no sabes cómo explicar.
—Tigresita ¿Por qué no dormiste? —sus ojos grises me miran como si quisiera traspasar mi alma.
—Sera porque acabo de terminar con mi novio.
—Tecnicamente es su ex novio —niega mientras se mete en el baño, al rato sale perfectamente duchado.
—¿Que estás haciendo?
—Voy a vestirme tenemos trabajo —asegura mientras busca algo en su maleta.
—Vistete en el baño, no tengo porque verte.
—Tranquila Tigresita , te gustará lo que —lanza la toalla y pego un grito, joder —. Me encanta que te guste.
—Eres un enfermo.
—Sientete en libertad de observarme los postres no engordan si uno no se los come —aprieta los labios reprimiendo una risa, mientras se coloca el boxer, tiene un pequeño tatuaje en su pecho
—¿Que tienes tatuado allí? —me levanto solo para ver.
—No es nada—busca su camisa e intenta taparlo, pero soy más rápida y logro ver las letras.
—Ana, wow esa si que te pego bien fuerte —me burló, Pero no hay risas en su rostro.
—No es tu problema eso, cepillate vamos a ir a buscar el expediente de tus hermanos y a presentarme como su abogado.
—¿Eres abogado?
—Lo que soy fue lo que me llevo a tener una carrera política.
Me meto corriendo al baño y en la cómoda está un cepillo de dientes nuevo y la pasta colocada al lado, Silas es extraño.
Cuando salgo ya está vestido de traje, un traje que debería ser ilegal gris plomo que por alguna loca razón hace que sus ojos grises sean aún más llamativos.
—¿Vas a quedarte todo el día viéndome o nos vamos a ir?
—Eres demasiado creído.
—Y tu demasiado mentirosa.
Sus palabras son broma, pero es cierto soy una gran mentirosa y Gedeon debe estar pasándola mal por mi culpa. Debe estar destrozado. Salimos del hotel, al llegar a la policía, Silas comienza a moverse en su ambiente, yo me quedó resagada mientras el habla con la gente en un perfecto Ruso, casi me hace enojar el que sepa hablar Ruso también pero recuerdo que es embajador.
Lo espero en un asiento por horas mientras está leyendo información, sacando copias y buscando no se que, cuando sale su risa y picardía han sido reemplazadas por un aire profesional.
—Lo siento, me tarde mucho necesitaba recoger toda la información posible, voy a regresar al hotel, necesito ponerme a leer todo esto, no se si quieres ir conmigo o quieres ir a otra parte.
No tengo el valor de enfrentar a Gedeon y no quiero tener que seguir mintiendo le prefiero evitarle.
—Vamos al hotel.
—Perfecto, vamos a pasar comprando comida.
—Si por favor —digo mientras siento la conversación extraña, su coqueteo, su risa, todo se ha desvanecido.
Cuando por fin estamos en el hotel y yo estoy comiendo , Silas ya tiene un montón de papeles ordenados y otros desparramados mientras hace anotaciones, parece un científico loco, buscando algo que nadie sabe que es lo que busca.
—Estas buscando algo en específico podría ayudar.
—En realidad estoy tratando de entender lo que lleva a la policía a dar con ellos, es como que si logro saber cómo fue que dieron con estas acusaciones puedo arrojarlas hacia otro foco, podría desarmar les el caso, consiguiendo nuevas pistas que se arrogen a otro lado, o también desapareciendo algunos testigos.
Trago duro.
—¿Matar a los testigos?
Una sonrisa aparece en su rostro.
—Espero que no, pero si no hay de otra.
El silencio reina entre nosotros por horas, Pero no es un silencio incómodo, Silas sigue metido entre esos papeles y yo simplemente reviso mi teléfono para ver si Gedeon me escribe Pero no hay ningún mensaje.
—¿Quien es Ana?
Silas se detiene y coloca los papeles encima de otros, mientras pone un marcador que los sostenga.
—Era mi hermana —su voz suena tan bajita que casi dudo que lo dijera.
—¿Era?
—Si murió hace unos años —sus ojos miran a la nada.
—Lo siento yo no ...—mi voz se va apagando—. ¿Que le paso?
—Ella se suicidó —sus ojos grises se llenan de lágrimas que no salen—. ¿Yo no pude salvarla sabes? Yo no pude darme cuenta, su esposo la golpeaba, la golpeaba y ella...
Se levanta del suelo.
—Debi darme cuenta, ella antes era como el sol ardiente y luego se fue apagado, era la única que me decía cuento me amaba, podía encontrar mensajes de ella en mi escritorio que decían cosas como "Si un día no estoy quiero que sepas que te amo"
—Lo siento.
—La última vez que la vi, ella estaba en un silencio profundo, casi le costaba hablar, estaba completamente triste, pero yo estaba tan ocupado en ser ...todo esto, que no me di cuenta, supongo que ella me estaba gritando auxilio pero no me di cuenta, yo no pude salvarla.
—Lo siento de verdad no quería , pensé que era tu novia.
—No jamás me tatuaria el nombre de una mujer en mi cuerpo, solo el de Ana, porque Ana era mi refugio, ella era mi mejor amiga, cuido de mi...
Su voz se rompe y siento la necesidad de abrazarle, simplemente me acerco a el y lo hago, se queda quieto cerca de mis brazos.
—Lamento ser un egoísta Tigresita, pero te prometo que te traeré a tus hermanos de vuelta al menos los tuyos están vivos.
Trago duro, no podría imaginarme un mundo sin Kanat y sin Dominic no podría imaginarme un mundo sin que ellos dos existan, no querría vivir en ese mundo, no querría estar en ese lugar.
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Peligrosa Audacia
Teen FictionVarrvyra Chein ha pasado años amando cada parte de Gedeon Korrat, cada minúsculo gesto. Hasta que de repente el empieza alejarse de ella, tanto que incluso su mera presencia lo hace salir huyendo. Algunos corazones son fuertes y duros, otros son bla...