Derechos

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Varvyra Chein

Intento abrir mis ojos pero una pesadez inmensa golpea mi cabeza y parte de mi visión, abro mis ojos con una extrema lentitud e intento ubicarme en dónde estoy, al ver el espacio me doy cuenta que estoy en casa de los Korrat, más los lamidos en mis pies de Ebano me hacen confirmarlo.

Intento tratar de recordar lo que pasó anoche y tengo pedazos cortos y otros largos, y otros borrosos, un recuerdo me llega Gedeon cerca de mi sus labios apenas rozando los míos, no puede ser real, seguro fue que lo soñé, el no me mira de esa forma, apenas recuerdo como llegué a la cama, al verme estoy completamente igual que anoche, no se a atrevido a cambiarme, salvó que si me ha quitado los tacones. Intento levantarme de la cama, pero la cabeza me pesa como Miles de kilos, así que decido reposar unos segundos más.

Al lograr levantarme en la mesa de noche veo una pastilla y un vaso de agua que está pisando una nota , una hermosa letra.

Varvara espero que amanezcas mejor, estaré todo el día ocupado hasta la noche, Evans Rizzo llega hoy a la ciudad y estamos invitados a recibirlo, puedes ir con Josafat y Gabriel a comprar algo si lo necesitas, por cierto ya Zacarías y Nikita regresaron te esperan para el desayuno, pero si te pasa la hora no te preocupes yo te cubro.

Gedeon

La nota mas formal que ha podido escribir, no fue real, el no me mira con esos ojos, a veces creí que si pero ahora que estamos bajo el mismo techo me doy cuenta de que no es así. Decido ducharme para apartar el olor a alcohol de mi cuerpo, me cepillo dos veces y me coloco una ropa ancha, Ebano desaprueba mi elección pero lo ingoro, y voy camino a encontrarme con Zacarias Korrat, realmente el me aterra, pero ya que estoy en su mansión lo menos que puedo hacer es saludarle.

Al llegar al desayuno aún están allí, Nikita al verme se levanta de la silla y me da un abrazo fuerte, está preciosa lleva una blusa rosado pálido y unos aretes fucsia, unos jeans negros y unos zapatos blancos, se ve como ella, siempre tan sencilla, tan genuina.

-Estas igual de hermosa -le susurro mientras nos abrazamos.

-Tu estás ya muy grande -me evaluó con ojos brillosos de emoción.

Me giro hacia Zacarías su expresión no denota nada es como si fuera una estatua seca.

-Buenos días señor Zacarías -digo casi haciéndole una reverencia como si fuese una majestad.

-Bienvenida señorita Chein -dice mientras vuelve a concentrar sus ojos en su plato, no dice nada más, así que me siento e intento comer pero nada me pasa así que decido tomar jugo.

-¿Cómo la estás pasando aquí? -pregunta Nikita mientras le da un mordisco a un crosant.

-La he pasado bastante bien -aseguro mientras sigo acabando con la jarra de jugo, nunca antes había tenido tanta sed y tantos nervios Zacarías Korrat me intimida nada más con su presencia.

-¿Ya se puso al día con las empresas de su hermano señorita Chein?

-Mañana estaré ocupando me de eso -digo nerviosa mientras sus ojos me escudriñan.

-Espero que así sea.

Va a continuar decir algo justo cuando Gedeon aparece.

Sus ojos se fijan en mi y no se si es evidente de que estoy nerviosa que enseguida se sienta a mi lado, su mano roza la mía.

-¿Cómo estás tratando a nuestra invitada Zacarías?

-Esta viva eso ya es algo -trago grueso y me giro para ver a Gedeon espantada pero el sonríe divertido y me guiña ¿El acaba de guiñarme?

-Esa es su forma de decir que le agradas.

-Yo no dije eso.

-Pues a mi me parece que si ¿Tu que dices Nikita?

Nikita sonríe divertida mientras Zacarías nos mira con el odio más profundo.

-Creo que ella es de su agrado.

-Estoy aquí -digo mientras vuelvo a servirme jugo.

-No me agradas pero no es personal la mayoría de la gente no me agrada, porque sabes algo niña la mayoría de la gente no es real, no es desinteresada y no tiene claro lo que quiere en la vida.

-Yo soy real y soy desinteresada y leal -le doy mi mejor sonrisa esperando que le haga gracia mi broma, pero sin embargo solo cierra los ojos como si estar en esta mesa un segundo más le acortará la vida.

-Nos vemos para la cena con los Rizzos, vistanse discretas es mi única petición -se levanta y Nikita hace una disculpa y se va detrás.

-¿Me odia verdad?

Gedeon sonríe tratando de no carcajearse.

-Le cae mal todo el mundo no lo tomes personal.

-Pero le caigo muy mal, o mal normal.

Suelta una carcajada sonora y luego me pellizca la mejilla.

-No te conoce solo ignóralo y trata de no provocar tu muerte.

-¿No ibas a estar ocupado todo el día?

-Asi era, pero se resolvió todo rápido.

-Me alegro -sabiendo a lo que se dedica Gedo no quise preguntar nada más.

-¿Necesitas comprarte algo para hoy?

-Si, no tengo ningún vestido discreto -digo apenada y Gedeon sonríe anchamente.

-El no tiene porque elegir tu ropa que elija la de Nikita -asegura mientras se roba mi vaso de jugo y le da un sorbo.

-Tu el otro día me pediste que me cambiara -le recuerdo cruzandome de brazos.

-Yo si puedo pedirte esas cosas muñeca-joder se ve tan sexy con su chaqueta negra.

-Que yo sepa tú no tienes derechos sobre mi.

Se levanta de la silla hay molestia en su rostro.

-Tienes razón muñeca de porcelana, puedes lucir como tú quieras, nos vemos en la noche.

Y sin más se va dejandome con Miles de preguntas en cien caballos de revoluciónes. Sintiendo mi cabeza explotar al pensar que puede que Gedeon Korrat ha empezado a mostrar interés en mi. Así que me levanto de la mesa con la intención de conseguir el vestido que lo haga caer por mi.

Peligrosa Audacia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora