Exclusividad

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Silas Ferrer

Al entrar a mi despacho me giro para encontrarme con esos preciosos ojos, sus manos están firmes pero en sus ojos hay un leve temblor casi imperceptible, está nerviosa. No sé que me llevo a invitarla a venir hoy y tampoco porque estoy considerando una negociación ilegal con ella. ¿De verdad vas hacer eso Silas? ¿O solo la invitaste para poder verla?

—¡Ponte cómoda Tigresita! —saboreo la última palabra, ella no se sienta en mi sillón favorito y una pequeña decepción me cruza, me encantaría verle a ella sentada justo allí —. ¿Quieres un café?

—No gracias, estoy bien —se levanta un segundo y luego vuelve acomodarse en el sillón.

—Bueno Tigresita cuéntame ... ¿Cuál es tu propuesta?

Sus ojos me miran como si estuvieran a punto de reventarse del dolor, sin embargo su boca empieza hablar. Yo solo me concentro en sus preciosos ojos , su boca carnosa y sus cabellos enrulados, definitivamente Varvara es una muñeca preciosa, parece de esas muñecas que ves felices en las vidrieras, pero que si te acercas demasiado, que si te tomas el tiempo,te darias cuenta que solo quisieran romper el cristal.

—Basicamente Tigresita me estás pidiendo el cielo, y siento que el dinero es muy poca recompensa —dinero tengo mucho no es algo que me quite el sueño, pero podría negociar por otras cosas.

—¿Que quieres tu Silas? ¿Pídelo? —su voz suena firme pero al final el temblor la delata.

—¡Que seas mi esposa! —bromeo, quizás no estoy bromeando, quiero a esta mujer siendo solo mía.

—¡Tengo novio! —asegura, eso hace que algo dentro de mi se vuelva un incendio forestal.

Me levanto de la silla y me acerco a ella, sus ojos de Cachorrita me parecen lo más precioso del mundo, me inclino apoyando mis brazos en la silla, me acerco hasta su odio que tiene un precioso sarcillos de alguna flor,mis labios rozan su oído y un leve beso queda depositado en el lobulo de su oreja. Ella no me empuja, ni me golpea, solo me mira fijamente, cuando vuelvo a recuperar mi posición inicial.

—¡Quiero que seas mi esposa!

—Pideme otra cosa Silas, podría acostarme contigo y ya—otra rabia se instala en mi.

No me gusta que sea así de fácil.

—Tigresita no quiero acostarme contigo —sususrro muy cerca de su clavícula , su olor roza mis fosas nasales, simplemente deliciosa.

—¿Entonces para que quieres ser mi esposo?

—Para que nadie más pueda tenerte —sentencio y le regaló una sonrisa divertido ante sus ojos saltones e incapaces de ocultar algo.

—No puedo Silas, yo estoy enamorada de Gedeon desde que tengo uso de razón —puse mis dedos en sus labios, no quiero escucharla hablar de ese idiota.

—Eso es porque no me habías conocido a mi —sonrio, aunque no hay mucho humor en mi.

—Esa es tu única oferta —su voz se vuelve aún más temblorosa.

—Si pero tengo una condición —mi voz golpea su piel pero ella no se separa de mi, queda allí a milímetros de mi—. Gedeon Korrat sale de tu vida.

Todo su precioso rostro cambia de rosa a pálido,retrocedo dándole espacio.

—Estas pidiendo demasiado Silas, yo ... —su voz se vuelve un temblor lloroso—. Yo no ...

—Solo estaba bromeando —digo para calmarle pero no era broma—. Digamos que necesito que me acompañes a algunos eventos.

Ella me mira desconfiada y aturdida.

—¿Que?

—No voy a casarme con una desconocida —aseguro, tratando de que mi lobulo frontal vuelva a funcionar correctamente—. Me estás pidiendo desaparecer pruebas que llegaron a mi a través de otras personas, necesitamos hablar con esas personas ya sabes, darles un poco de amor.

No definitivamente mi lobulo frontal dejo de funcionar, que fue lo que dijo Ana de eso que cuando alguien te gusta... Pura mierda, yo no necesito que ella me acompañe a ninguna parte, yo soy el único que tiene esas pruebas, y soy el único que puede presentarlas frente a la organización de derechos humanos... Y tengo que hacerlo, Dominic y Kanat son una amaneza para el mundo, son una peste que debe ser erradicada, lastima que la Tigresita sea su hermana.

—Yo tengo que volver a Rusia , necesito arreglar cosas en Rusia y luego puedo volver y acompañarte.

Un malestar se instala en mi pecho, no quiero que se vaya a Rusia. No quiero alejarme de ella.

—¿Cuando te vas?

—Mas tardar pasado mañana —dice levantándose del asiento, la ropa de Ana no es ideal para ella.

—Ire contigo —mis palabras me abandonan antes de que mi lobulo frontal pueda frenarlas, Ana me había dicho algo de esto.

—¡No creo que sea conveniente!

—Tranquila me mantendré alejado de tu novio, y además podría ser de utilidad para ayudar a tus hermanos.

¡Me maldigo!

—¿Me ayudarías a sacarlos a cambio de nada?

—No puedo sacarlos así Varvara esto incluso yo teniendo las pruebas es mucho más complejo de lo que te imaginas —me sincero, pues aunque pudiera prometerle sacarlos mañana ¿Podría hacerlo?

—Me estás diciendo que no puedes hacer nada.

Sus ojos se llenan de lágrimas, esos hermosos ojos se llenan de lágrimas.

—Dije que no sería fácil.

—¿Que pediras a cambio?

Dió dos pasos hasta que quedó parada justo debajo de mi, al tenerla así de pie me doy cuenta de que a pesar de ser una mujer alta delante de mi se ve tan pequeña.

¿Que le pedirte?

—Exclusividad Tigresita, si no sabes que significa búscalo en el diccionario —mis dedos rozan su mento levantandolo justo hasta mi rostro —. Exclusividad es mi precio.

Veo como traga duro, y sus ojos me estudian con un montón de emociones, hay conflicto en su mirada.

—¿Exclusividad en qué sentido?

Me muevo hasta mi escritorio y tomo mi tablet , Google Exclusividad y le muestro la pantalla.

Privilegio o derecho en virtud del cual una persona o corporación puede hacer algo prohibido a las demás.
rae.es 

Ella lee cada palabra, sus ojos devoran las palabras sin parar y su cuerpo se tensa ante el significado.

—¿Me estás pidiendo que corte con mi novio?

—Te estoy pidiendo Exclusividad, lo que implica que... —me acerco y tocó el hueso de su clavícula es preciosa—. Que no me gusta compartir Varvara Chein, y eso no solo implica al Nerd, implica a toda la raza masculina de la humanidad.

—Estas loco —me empuja una sonrisa torcida se dibuja en mis labios antes de rozar los de ella, su labio inferior es mucho más gordo que el superior.

—Kanat y Dominic también están locos por salir del infierno donde estar.

Ella me aparta, me empuja realmente pero al darse cuenta de que mi cuerpo no se mueve ni un milímetro se gira, mi mano le agarra del brazo haciéndola girar y quedar pegada a mi pecho, sus ojos me miran con sorpresa.

—Nos vemos en Rusia Tigresita —susurro en su boca, sin siquiera rozarla y lentamente la suelto, ella me mira aturdida y luego de unos segundos sale corriendo, una carcajada sonora sale de mi interior, una Tigresita en todo su esplendor.


Peligrosa Audacia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora