Problemas de pueblo costero

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Izuku agradeció en silencio a Todoroki por su rápido actuar, para luego voltear a ver a la niña.

Era bastante mayor, como de unos 9 o 10 años, aunque posiblemente sea la impresión que daba su altura.

Tenía un cabello negro, como el de Kaiyo, pero este era aún más largo y de alguna forma grueso. Sí bien tenía una cabeza con apariencia humana, de cuello para abajo su fisiología era la de una especie de serpiente marina, careciendo de brazos y piernas.

Teniendo en cuenta que las serpientes son animales de sangre fría y que estar mucho tiempo en un bloque de hielo le podría hacer daño, le pidió a Todoroki que la fuera descongelando.

Otra cosa que no se le escapó fue que era bastante delgada, podía ver bien las mejillas hundidas en su rostro, y entre eso y el que se acercó a donde estaban ellos y se sirvió de su comida,terminó concluyendo que seguramente tenía hambre, así que agarró un poco de comida que había cerca de el y se acercó a ella.

- Si tienes hambre, podrías habernos pedido algo - regañó suavemente - no deberías coger comida sin preguntar. No solo es de mala educación, podrías haber tenido una reacción alérgica sin saberlo -

La niña solamente lo miraba con el ceño fruncido, que se transformó un momento en uno de confusión.

Izuku abrió la tapa del envase, y el humeante y delicioso olor de los bentos se hizo presente en el aire.

- Si quieres algo, pídelo por favor primero -

La niña gruñó un poco por eso, pero accedió

- Por Favor - dijo de forma serpenteante debido a su lengua bífida.

El pecoso asintió con una sonrisa y le dió un poco, sin embargo la niña solo pudo masticar unos segundos antes de sentir náuseas.

La niña estuvo luchando para evitarlo y poder tragar, pero no solo era inútil sino que casi al instante se empezó a ahogar.

Midoriya cogió una servilleta y la acercó a su boca

- No te fuerces a comer si no puedes. - dijo para cerrar el envase y buscar otro. Si no pudo con la comida sólida, significa que podía llevar días sin comer. Su estómago no podría digerir bien alimentos sólidos, y dárselos le haría atragantarse.

Rápidamente rebuscó entre las comidas preparadas hasta encontrar uno de sopa de pollo.

- Ten. Veamos si te sienta mejor - dijo dándole una cucharada.

Sí bien eso pareció sentarle mejor, no parecía querer seguir comiendo. De todas formas le dió las gracias y luego de ser liberada y viendo las miradas que le dedicaban todos se terminó la sopa.

Sin embargo su estómago seguía gruñendo y no paraba de mirar de reojo a Raiza.

- Pasa algo? Necesitas más?- le pregunto de forma amable

La niña parecía dudar, pero luego de un corto periodo de tiempo en el que parecía reflexionar habló.

- Yo..... No puedo alimentarme de comida normal. -

- Ah. Bien, no te preocupes por ello. Podemos tratar de conseguirte algo o llevarte a tú casa, sólo..... Dime qué necesitas exactamente -

La niña se encogió y se puso a la defensiva, más hostil. Retrocedió un poco y sus labios estaban fruncidos.

- No...... No es como el niño planta que necesita bichos, lo mío es.....es.....-

- A Izuku no le importará si es algo asqueroso o feo - trató de animar Hiro a la niña.

un orfanato de monstruos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora