02 | Capítulo Extra

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"Universidad y nuevos comienzos".

París, Francia.

Anastasia veía desde fuera el gran edificio de la facultad de letras, se rascó la cabeza con nerviosismo y sus manos empezaron a temblar. La rubia se aferró a sus libros y mordió su labio inferior.

Rápidamente Ania dio media vuelta y caminó hacia la calle, donde estaban Gilbert y los Dunne. Su novio tomó a Anastasia de la cintura y le sonrió con tranquilidad.

— Ey, Ania... Respira. — Dijo Gilbert una vez la chica llegó frente a él.

La rubia negó con rapidez.

— No. ¿Y si mejor empiezo la universidad en unos... tres años? — preguntó asustada.

Gilbert y los Dunne rieron ante la ocurrencia de la chica.

— Cariño, todo va a salir increíble. No tienes nada que temer. — Le dijo Albus a su pequeña.

Anastasia frunció los labios.

— Claro, lo dices porque tú no estás a punto de iniciar la universidad y una nueva etapa en tu vida donde conocerás nuevas personas y probablemente te estreses por trabajos y...

Gilbert giró para colocar a Anastasia frente a él y abrazó a la rubia por la cintura, colocando su cabeza en el hombro de Ania, la chica dejó de hablar.

— Relájate, mi amor. Todo saldrá increíble. — Le dijo Andrómeda con una sonrisa que hizo calmar los nervios de la rubia. Anastasia asintió. — ¿Qué te parece si nosotros nos adelantamos mientras Gilbert y tú recorren el lugar?

Anastasia le dedicó una rápida mirada a su novio y Gilbert le sonrió, el azabache seguía en la misma posición que hace unos minutos. La mirada del chico hizo calmar a la rubia.

— De acuerdo.

— Nos vemos más tarde. — Les dijo Albus mientras le ofrecía el brazo a su esposa para comenzar a caminar.

Aidan se acercó abrazar a su hermana y le dio un beso en la cabeza, Anastasia sonrió ante la acción.

— Tranquila, eres lo suficientemente inteligente para superar a todos esos. — dijo Aidan, haciendo reír a Ania.

— Gracias, hermano. — Sonrió Ania, Aidan correspondió la sonrisa y caminó para seguir a sus padres.

Anastasia tomó aire y giró sobre sus talones para ver a Gilbert, la rubia sonrió enternecida al ver al azabache a unos metros de ella jugando con el sombrero en su cabeza. Ania le había dicho muchas veces a Gilbert que no tenía por qué usar sombreros como los profesores de medicina en La Sorbona, pero el azabache parecía un pequeño niño con juguete nuevo.

A la chica Dunne le encantaba observar a Gilbert; y en esos momentos era donde se daba cuenta de lo afortunada que era de tenerlo. Agradecía los días en los que no se sentía bonita y Gilbert estaba ahí para darle cartas describiendo cada cosa que amaba de Anastasia; haciéndola sentir bien, querida y amada. Anastasia tenía a una persona increíble a su lado, tan buena, tan tierna y ya no se imaginaba una vida con alguien más que no fuera Gilbert Blythe.

— ¿Mi luz? — Dijo Gilbert frente Anastasia. La rubia sacudió su cabeza y Gilbert la miró con una ceja alzada. — ¿Te encuentras bien?

Anastasia asintió rápidamente.

— Sí, estoy bien.

— ¿En qué piensas? — preguntó Gilbert.

Anastasia tomó la mejilla de Gilbert y la acarició con delicadeza.

𝐀𝐍𝐀𝐒𝐓𝐀𝐒𝐈𝐀 - 𝒈𝒊𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕 𝒃𝒍𝒚𝒕𝒉𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora