15 | "No te alejes de mi"

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Un caballo color negro llevaba el cuerpo de John Blythe, detrás de este iba el ministro y después Gilbert. Anastasia estaba un poco más alejada de él, se sentía en la necesidad de acercarse a Gilbert para hacerle saber que no estaba solo.

Como si sus pensamientos hubieran sido leídos, Gilbert giró para ver a la chica, juntaron miradas y el azabache le extendió la mano. Él sabía la dificultad de Anastasia al caminar por la nieve y además la necesitaba.

Ania lo miró y soltó el aire que tenía guardado en su pulmones haciendo temblar todo su cuerpo. Rápidamente la chica se acercó y entrelazo su mano con la de Gilbert, no quería dejarlo solo.

La muerte es el final del dolor para quien la vive, pero para el resto es el inicio de una gran tristeza.

Al llegar al cementerio de los Blythe, Anastasia iba soltarse de Gilbert para dejarlo solo, pero este apretó su agarre y la miró.

-No te alejes de mí -rogó Gilbert- por favor...

Anastasia aún con sus ojos llorosos, asintió tranquila.

-Aquí estaré siempre Gilbert... -dijo la chica

Con sus brazos entrelazados, los chicos se acercaron a la capilla de John Blythe. El ministro estaba frente a ellos y sus amigos un poco más atrás.

-Que vuestro corazón no se turbe -recitó el ministro- Aquel que cree en Dios, también creer en mí

Anastasia miraba a Gilbert, podía volver a notar su mandíbula tensa. Reteniendo las ganas de llorar, cuando la mayoría de la gente se había ido... Gilbert giró rápidamente y abrazó a Anastasia.

Con sus pequeños brazos la chica lo rodeó, las lágrimas también caían de sus ojos, pero ella tenía que ser fuerte para Gilbert. Ambos se separaron y el chico volvió a unir sus manos, llevó Anastasia a una banca y ahí se quedaron en silencio.

Gilbert se retiró los guantes y dejó que los copos de nieve cayeran en la palma de su mano. Anastasia observaba con detalle cómo uno de ellos se derretía rápidamente en la mano de Gilbert, dejándolo ver cómo una lágrima.

-¿Quieres estar solo? -preguntó Ania dudando de sus palabras

Ella no conocía el sentimiento de perder a alguien, no sabía cómo reaccionar o qué decir. Tenía miedo de hacer o decir algo fuera de lugar frente a Gilbert.

Al no recibir respuesta, ella lo tomó como un sí. Deshizo el agarre con Gilbert y se levantó, pero tan pronto como lo hizo, sintió como el chico jalaba suavemente de su mano para que volviera a su lugar.

-Por favor -rogó Gilbert- no me dejes, no ahora que te necesito -dijo mientras aguantaba las lágrimas

Ania se sentó acomodando su cuerpo de forma que quedara frente a él, ella dio un leve apretón a las manos de Gilbert y lo abrazó.

-No lo guardes Gilbert -dijo aún abrazándolo- No es bueno retener el dolor...

Y con eso, el chico se rompió de nuevo. Anastasia sentía como su pecho subía y bajaba gracias a los sollozos de Gilbert, pero no le importó... ella necesitaba estar ahí para él.

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Anastasia y Gilbert caminaban de la mano hacia la casa Blythe, ninguno decía palabra... pero la rubia sabía que el chico no estaba en condiciones de nada.

-No quiero... -habló Gilbert- No quiero entrar

Anastasia acarició su mano

-No lo hagas... ven -Anastasia tomó la mano de Gilbert y lo llevó lejos de los demás

Gilbert se sentía tan tranquilo con Anastasia a su lado que no podía pedir más que eso. Él no quería estar con nadie más que no fuera ella.

-¡Gilbert! -una voz los interrumpió, era Anne- fue un lindo funeral

Anastasia seguía tomada de la mano por Gilbert, escuchando a su pelirroja amiga. Ella asintió mentalmente a las palabras de Anne.

-Todo estaba tan blanco y tranquilo... -continuó la pelirroja- siempre me ha parecido que el ministro tiene un tono melancólico que queda muy bien

Anastasia notó que la respiración de Gilbert se volvía más pesada

-Ser huérfano tiene sus desafíos -soltó Anne- pero tú tienes muchas ventajas, te irá mejor que a mi

Los chicos seguían caminando mientras escuchaban a Anne.

-Yo no conocí a mis padres, murieron cuando yo era un bebé -dijo- pero tú siempre podrás recordar a tu padre... y bueno, si lo piensas, realmente tienes mucha suerte

Anastasia abrió sus labios con sorpresa y Gilbert se paró en seco.

-Anne... -habló Anastasia

-¿Crees que tengo suerte? -soltó el chico molesto

-¿Comparado conmigo? Sí -sonrió la pelirroja

Anastasia soltó el aire de sus pulmones y miró a Anne molesta

-¡Anne, cállate!

-¿Y en esto que tienes que ver tú? -dijo Gilbert

-Nada... sólo -Anne se había quedado sin palabras- yo sólo... quería ayudar

-Nos vemos -dijo Gilbert dándole la espalda a Anne

Gilbert tomó con más fuerza la mano de Anastasia y caminó con ella sin decir nada. La rubia volteó a ver a su amiga con tristeza, lo había arruinado.

Al alejarse de la casa Blythe y de Anne, Gilbert paró en seco. Anastasia lo miró mientras los ojos de Gilbert volvían a cristalizarse

-No me dejes... -habló con la voz entrecortada- por favor no me dejes

Anastasia se acercó abrazarlo de nuevo, ella sentía cómo Gilbert escondía su rostro en el espacio de su cuello y lo abrazó más fuerte.

El cuerpo de Gilbert se fue debilitando y cayó de rodillas en la nieve, Anastasia seguía sin soltarlo. No quería dejarlo solo, y se había prometido estar siempre para él.

-Nunca Gilbert -respondió la rubia- nunca te dejaré solo -dijo mientras las lágrimas caían de sus mejillas

Anastasia se acomodó mejor en la fría nieve, Gilbert la acercaba más a su cuerpo... era como si el azabache necesitara estar aferrado a la rubia. Ella tenía que reprimir sus lágrimas para estar fuerte para Gilbert, pero le era casi imposible; John Blythe se había convertido en alguien importante en la vida de la familia Dunne y tener que despedirse de él había sido muy doloroso.





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Tuvimos maratón hoy ¿Les gustó?

Ya estamos a muy poquito de terminar la primera parte de esta historia, espero que les esté gustando mucho :')

Gracias por sus votos y comentarios en "Anastasia", de verdad que me hacen muy feliz.

Nos leemos muy pronto,

xoxo,

classyfics

𝐀𝐍𝐀𝐒𝐓𝐀𝐒𝐈𝐀 - 𝒈𝒊𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕 𝒃𝒍𝒚𝒕𝒉𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora