Anastasia Dunne nunca le había hecho falta nada, siempre había sido una niña que destacaba por su belleza y su hermosa sonrisa. Lamentablemente no por tener buen apellido y una gran familia, significaba que no sufría: "El dinero no te libra de un da...
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La familia Dunne estaban merendando, Anastasia y Aidan se robaban comida entre sí. Ambos tratando de proteger su alimento.
-Basta -Dijo Anastasia entre risas
La chica se recargó en el hombro de su hermano mientras el joven soltaba una carcajada (gif)
-Tú empezaste -contestó Aidan- oye papá... ¿Qué sucedió con lo del oro?
El señor Dunne se removió de su asiento y tomó aire
-Todos están extasiados con la noticia -Dijo Albus- El señor Barry quiere hacer una reunión menos formal para que expliquen mejor el tema
-Muchos están emocionados con eso -Dijo Ania- pero sigo sin creerlo
Albus le dio la razón a su pequeña
-Los Barry decidieron organizar una fiesta para toda la gente interesada con El Oro -explicó el señor Dunne
-¿Ustedes irán? -preguntó Aidan
Albus miró a Andrómeda
-No me causa buena espina -contestó Albus- y como somos tan curiosos, sólo iremos a escuchar...
-¿Podemos ir? -Dijo Ania
-Yo quiero escuchar... -siguió Aidan
Sus padres se miraron cómplices y sonrieron hacia sus hijos, los niños Dunne salieron corriendo por sus abrigos.
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Diana estaba tocando el piano, Anastasia estaba a lado de su hermano observando a la de azul.
Los Dunne charlaban con Los Cuthbert acerca del oro y Los Barry atendían a los invitados.
-Esto es una tontería... -Dijo Ania susurrando hacia su hermano
-Lo sé pequeña -Dijo Aidan- Me sorprende que esta gente les crea
Anastasia iba hablar, pero el señor Barry se acomodó al centro de la sala. Llamando la atención de todos.
-Me preocupa que ese oro sea el camino directo hacia la avaricia en este pueblo -Los hermanos escucharon al ministro
-150 dólares es mucho dinero... -Dijo el señor Barry
Los jóvenes juntaron miradas ante las palabras de los hombres. Aidan le hizo una seña a su hermana para volteara a la mesa de postres... el señor Lynde los tomaba con desesperación.
Aidan y Ania volvieron a reír. Cuando Diana terminó de tocar el piano la rubia le aplaudió a su amiga emocionada.
Cuando el señor Dunlop empezó a cantar, Ania soltó una risita.
-¡Qué horror! -Dijo la rubia riendo
-Parece un tonto con barba -siguió Aidan- Ese hombre no sabe qué es la consideración... -Dijo el rubio mirando al señor Lynde
-Solo vino a comer -Ania posó su vista es sus padres- Oye mira...
El señor Barry y el señor Andrews se habían acercado a Albus Dunne. Palmeaban su hombro como si fueran los mejores amigos, Albus se veía abrumado así que salió de ahí.
Los hermanos se la estaban pasando burlándose de la gente, y estallaron en carcajadas cuando Minnie May golpeó a Nate en la pierna.
-Amo a esa niña -Dijo Aidan aún riendo
Anastasia asintió
-¡Muy bien! -los hermanos escucharon a su padre- Yo me voy de aquí, no invertiré en esta mentira...
Albus y Andrómeda se acercaron a la puerta, Aidan y Anastasia se miraron y corrieron hacia sus padres saliendo de la casa Barry.
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-¡Bash! -llamó Gilbert, no obtuvo respuesta- ¡Bash! Sé que no duermes, tienes los ojos abiertos
Gilbert se sentó en su hamaca, tenía la bufanda de Anastasia alrededor del cuello.
-¡Sebastian! -llamó el azabache
-¿Te llamas Sebastian? -preguntó uno de los hombres- Suena a dueño del barco
-Acabas de arruinar mi reputación -Dijo Sebastian hacia Gilbert
El chico lo ignoró y tomó la bufanda de Ania, recordándola.
-Duermes con esa bufanda como si fuera lo más preciado del mundo -dijo Bash- ¿Lo es?
Gilbert sonrió mientras observaba la bufanda roja de Anastasia, ya estaba un poco sucia porque el muchacho nunca se la quitaba. Pero seguía siendo de ella.
-Hay una chica en Avonlea... Anastasia -Dijo- Odia que le digan Ana, una vez le dije tonta y recibí un golpe en la cabeza
Dijo el azabache riendo
-Le doy la razón -Contestó Bash
-Es rubia -Gilbert relamió sus labios- Le gusta leer y cuando te habla no te mira a los ojos...
-Tal vez le caes mal -Contestó el moreno
Gilbert rio
-Me pregunto si volveré a verla -Dijo mirando la bufanda entre sus manos- Espero que sí...
-¿Cuánto tiempo planeas quedarte en este barco? -preguntó Bash
-No lo sé -contestó Gilbert- Quiero ir a donde me lleve el espíritu... es lo que decía mi padre. Ania también estaba de acuerdo con eso...
-¿Ania? -Bash rio- Tiene un apodo... que lindo
Gilbert soltó una risita
-Ella me pidió que lo disfrutara -contestó Gilbert
-Yo siento que voy a partir carbón para siempre -Dijo Bash si mirarlo- Como los pistones del motor, siempre moviéndose sin ir a ningún lado... estoy atrapado aquí
-Yo me sentía así en Avonlea... -Dijo Gilbert- Si vuelvo, quizá no pueda irme nunca
-Niño... ¿Eso te parece un problema? -Dijo otro hombre- muchos no tenemos hogar...
Gilbert se quedó en silencio, le había llegado al corazón las palabras del hombre. Él tenía "más" que los de ahí, y no había podido disfrutarlo.
Se acomodó en la hamaca y pasó la bufanda roja de Ania envolviendo su cuello, tomó los extremos de la misma se abrazó el mismo. Cerró los ojos y se quedó dormido con una gran sonrisa en el rostro.
