Anastasia Dunne nunca le había hecho falta nada, siempre había sido una niña que destacaba por su belleza y su hermosa sonrisa. Lamentablemente no por tener buen apellido y una gran familia, significaba que no sufría: "El dinero no te libra de un da...
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Anastasia llegó a la escuela con William y Beverly, todos se acercaron a dejar su sombrero y abrigo en el perchero. William se acercó abrazarla por los hombros y caminaron hacia sus asientos.
Beverly iba adelante de la pareja, estresada porque nadie se movía.
-¡Muévanse insectos, ustedes sólo sirven para estorbar! -gritó Beverly
-A veces siento que tu hermana está loca -susurró Ania hacia William
-Es que lo está -respondió
-Los escuché tórtolos -dijo la castaña sin mirarlos
La pareja soltó una risita y William dejó un beso en la mejilla de Anastasia aún sin soltarla.
Cuando todos se hicieron a un lado, Anastasia miró hacia el frente encontrándose con los ojos de Gilbert. La chica le sonrió en saludo pero él tenía su vista en el joven abrazado a ella.
Ella lo notó. No le había contando de William. Se separó un poco de su novio y sonrió hacia Gilbert.
-Hola Gil -saludó
-Hola Ania -saludó con una sonrisa hacia la chica, pero rápidamente desvió su mirada al joven a lado de ella
-Ellos son William y Beverly Jones... -dijo la rubia nerviosa
-Qué tal... -saludó el joven- William Jones, novio de Ania
Anastasia abrió los ojos con sorpresa, los dos chicos estrecharon sus manos mientras se miraban con seriedad. Anastasia se removió incómoda.
-Yo soy Beverly Jones -dijo la castaña rompiendo el incómodo silencio- ¿Tú quien eres?
Anastasia soltó una risita y Gilbert miró incómodo a la rubia.
-Gilbert Blythe -dijo el joven- amigo de Ania -esto último dirigido a William
Los chicos volvieron a juntar miradas por unos minutos, Anastasia irradiaba incomodidad y miró a Gilbert, este chocó mirada con la rubia.
Los murmullos del grupo hicieron salir de su trance a los chicos, Beverly ya no estaba ahí. Ania y Gilbert seguían mirándose, mientras William lo observaba a él.
Cuando la chica volteo, pudo ver a una Anne con cabello hasta las orejas... abrió los ojos sorprendida mientras observaba a todos burlarse de la chica.
La pelirroja desvió su vista a Gilbert
-Anne... -saludó el joven
-Gilbert... -dijo nerviosa- volviste, no hay oro
Gilbert observó a Anastasia
-Sí, me enteré. Alguien no me convenció de venir por eso -dijo mirando a la rubia- pero, no llegué por eso... me alegra estar aquí
