Anastasia Dunne nunca le había hecho falta nada, siempre había sido una niña que destacaba por su belleza y su hermosa sonrisa. Lamentablemente no por tener buen apellido y una gran familia, significaba que no sufría: "El dinero no te libra de un da...
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Anastasia y William caminaban hacia el hogar de la chica, el joven había tomado las cosas de la rubia para que ella no cargara nada.
En ese momento, empezó a nevar. Anastasia miró el cielo y soltaba una que otra risita por los copos de nieve que caían sobre su rostro. Ahí, lo recordó.
Gilbert Blythe apareció en su mente, por más que quisiera negarlo lo extrañaba con todas sus fuerzas. Sí, realmente lo extrañaba, sus abrazos... los extrañaba tanto, extrañaba sentirse feliz a su lado. Extrañaba a John, sus tardes de té, con los Blythe Anastasia se sentía tan feliz. Pero esos momentos sólo la hicieron recordar lo mucho que los extrañaba.
Y el invierno, esas mañanas frías donde Anastasia tenía que ser llevada de la mano por Gilbert porque sus pequeñas piernas se hundían en la nieve y el azabache terminaba burlándose de ella. El invierno le recuerda a ambos: Frío, pero hermoso y digno de admirar.
-¿Qué piensas? -William interrumpió en sus pensamientos
Ania sonrió
-En un amigo... -dijo la chica con nostalgia- su nombre es Gilbert Blythe, se fue de viaje hace unos meses y el invierno me recuerda a él
William asintió comprensivo, le gustaba escucharla.
-¿Puedo preguntar algo? -dijo el chico un tanto nervioso
Anastasia lo miró tranquila, asintió rápidamente esperando respuesta. William detuvo su caminar y Anastasia hizo lo mismo, la chica esperaba a que el muchacho dijera algo pero él ni siquiera la miraba.
-William... -llamó Ania- ¿Qué quieres decirme?
Los ojos de Anastasia se agrandaron esperando alguna acción o palabra del joven, pero no hacía nada. Sólo la observaba sin soltar palabra, Ania iba volver hablar pero William la cayó con un beso.
Anastasia se sorprendió, pero le siguió el beso al chico. El beso fue tan profundo como lo suave que había sido el primer encuentro de los jóvenes y mientras se besaban, William tomó las mejillas de Anastasia acercándolo más a él, la chica no lo detuvo, no quería hacerlo. William Jones tenía algo que hacia sentir feliz a Anastasia.
Al separarse, William junto su frente con la de Anastasia, ella tenía que mirarlo a través de sus pestañas gracias a la altura. La chica estaba sorprendida, nunca pensó que en algún momento alguien podría llegar a besarla, pero poco a poco estaba entendiendo que su pasado no iba a lastimarla de nuevo.
-Yo...
William se separó rápidamente avergonzado
-Ania lo siento -dijo rápidamente- en serio lo siento, yo, yo no sabía
Ania soltó una risita avergonzada
-Está bien William -dijo tranquila la ojiazul- yo... me siento bien estando contigo