Anastasia Dunne nunca le había hecho falta nada, siempre había sido una niña que destacaba por su belleza y su hermosa sonrisa. Lamentablemente no por tener buen apellido y una gran familia, significaba que no sufría: "El dinero no te libra de un da...
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Los Dunne estaban en la sala mientras los mayores leían un libro, Ania escribía y Aidan tocaba la guitarra. Su actividad fue interrumpida por unos golpes en la puerta.
-Yo no voy -dijo Aidan rápidamente
-Yo tampoco -dijeron sus padres
Anastasia los miró de mala gana y dejó sus escritos a un lado del sofá. Caminó con lentitud hacia la puerta y se sorprendió al ver a Bash con Delphine en brazos.
-¿Bash? -La chica estaba confundida
-Hola Ania -Dijo seriamente mientras los demás Dunne's se acercaban a la puerta- Familia Dunne, necesito un favor...
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-¿Cuánto tiempo lleva enferma Mary? -preguntó Ania
-No lo sé -respondió Albus que cargaba a la pequeña Delphine
-Iré a evaluar la situación -Dijo Andrómeda- Necesitará ayuda con otras cosas
-Iremos contigo -Dijo Ania y Aidan
-En caso de que haya que cambiarla -dijo Anastasia a su padre mientras le extendía algunas cosas- Leche, biberones y cocina si tiene hambre
-Tengo dos hijos, uno de ellos rompía todo -Dijo Albus refiriéndose a Aidan- Podré manejarlo
-Eso es obvio papá -Dijo Aidan
Ania se despidió de su padre y salió de casa junto con su madre y Aidan.
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Andrómeda, Anastasia y Aidan llegaron a la casa Blythe, Gilbert les abrió mientras la madre de la chica hacía preguntas sobre Mary.
Anastasia ni siquiera saludó a Gilbert, él no se merecía siquiera que Ania le dirigiera palabra. Se sentía molesta con él y con ella misma, así que era más fácil aplicar la ley del hielo.
-¿Está muy grave? -preguntó Andrómeda
-El médico sabrá más que yo, pero espero que no -Dijo Gilbert mirando de reojo a Ania
-Qué vergüenza que el único doctor que la verá esté en Charlottetown -dijo Ania con brusquedad
-Sí. La enfermedad no discrimina -Dijo Gilbert que se colocaba a un lado de Ania- Por suerte, el Dr. Ward tampoco, es bueno
Cuando Anastasia sintió a Gilbert a su lado, la rubia dio media vuelta y se colocó detrás de la mesa. Gilbert la observó con arrepentimiento y Ania, ella tenía unas enormes ojeras gracias a su mala noche.
-Corre Gilbert, será mejor que te apresures -Dijo Andrómeda haciendo que el azabache dejara de mirar a la rubia
