Capítulo 93

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—¡Oh cariño, eso es asombroso! —mamá dice con una sonrisa enorme en su rostro—. Pero no los culpo, mi bebé es la mejor en lo que hace.

—Gracias mamá —sonrío mientras Saskia descansa su cabeza en mis piernas—. Es asombroso, yo aún no lo creo.

—¿Y lo vas a aceptar?

—Aún no sé, es decir, la empresa es increíble, investigué un poco. Además es en Nueva York, es muy lejos de aquí.

Mamá lee de nuevo la tarjeta con los datos y ve las imágenes de la empresa en el iPad de papá.

—Pero tu sueño siempre ha sido trabajar fuera de Australia.

—Lo sé, pero no tan lejos.

—Deberías intentar, pero creo que lo mejor será que lo hagas cuando termines tus dos semestres que te faltan en la universidad. Un intercambio y además un trabajo en una empresa serán muy cansados para ti, es mucha presión, créeme. Pero no rechaces esta oportunidad cariño.

Asiento con la cabeza mientras siento la lengua de Saskia en mis dedos. Mamá se levanta del sofá y sale a la cocina para seguir con los cupcakes que está haciendo. Me bajo del sofá y me siento en el suelo dejando que Saskia se acomode mejor en mi regazo.

—¡Oye Amber! —llama mamá desde la cocina.

—¿Qué pasó?

—Resulta que el hijo de una amiga tiene un Husky también, y es macho, Saskia como que ya está grande ¿no crees?

—¿Grande? —pregunto confundida.

—Ya sabes, para que se cruce y tenga a sus bebés.

—Mamá, Saskia sigue siendo mi bebé —defiendo mientras mis manos acarician el pelaje de Saskia—. Sigue estando pequeña para esas cosas.

—Pero mira quién lo dice. Eso te hace hipócrita cariño.

—¡Mamá! —exclamo y siento cómo mis mejillas se calientan rápido.

Oh Dios, ¿realmente mi mamá ha dicho eso? Escucho su risa en la cocina y yo subo el volumen de la televisión. Veo a Saskia, sí, está grande, pero todavía no quiero que tenga a sus bebés. ¿Así se sentirá mamá conmigo?

Después de un rato en casa decido que saldré a caminar con Saskia. Voy a buscar su correa y ato mi cabello en un moño. Tomo una pequeña botella de agua y llamo a Saskia quien llega corriendo a mí.

—Mamá, saldré con Saskia un rato —digo.

—De acuerdo, con cuidado.

Salimos de casa y Saskia parece feliz por salir. Sonrío mientras sigo caminando a su paso, el día no está tan soleado como otros. Desde hace dos días no hablo con Louis y ya lo extraño, pero no quiero parecer psicópata, seguro está ocupado.

Me siento en una banca que está en la banqueta y Saskia se sienta a descansar. Veo a todos pasar tranquilamente, apenas darán las doce y está muy tranquilo. Abro mi botella de agua y doy un trago, viendo cómo Saskia me ve con la cabeza inclinada.

—¿Quieres? —pregunto a Saskia.

Ella lame su hocico y yo doy un último trago para después acercarla a su boca y dejar que tome, derramando un poco en la banqueta. Se la termina por completo, me estiro y tiro la botella en uno de los botes de basura que se encuentran junto a la banca. Espero diez minutos y me levanto, caminando con Saskia de nuevo.

Me entretengo en un puesto de revistas, hay una de moda que llama mi atención así que la compro y sigo caminando en dirección a mi casa. Las calles siguen estando tranquilas y poco a poco el Sol comienza a salir cada vez más.

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