Después de una hora con Louis solos en casa, llegó mamá. Ella sabía que Louis vendría y fue ella quien le dio entrada a la casa. Pero claro, todo era una “sorpresa” por lo que no podía decirme nada.
Louis y yo ayudamos a mamá a preparar la comida. Aún no creía que lo tenía junto a mí, ¿dónde había quedado Alessandra?
—¿Y tienen planes para hoy? —preguntó mamá a la vez que picaba vegetales en una tabla.
—Sí —Louis sonrió—. Iremos al cine.
—Oh, ¿de verdad? Suena bien —mamá sonrió y yo sólo vi confundida a Louis—. ¿Cómo va todo en Inglaterra?
—Muy bien, hace una semana salió nuestro nuevo disco y está siendo un éxito.
—¡El disco! De verdad que es increíble —dijo mamá—. Hay una canción…¿cómo se llama? —murmuró intentando recordar—. Amber, ¿cuál es la que va después de Fireproof?
—Spaces.
—¡Spaces! Sí, esa, de verdad que me ha encantado.
Louis rió asombrado y yo sólo sonreí, encogiéndome de hombros. Inclusive mamá se sabía mejor el orden de las canciones que yo. Una vez que la comida estaba lista, nos sentamos de nuevo en el sofá con mamá frente a nosotros en el otro sofá.
—Se les ve muy lindos —sonrió enternecida—. ¿Cuánto es que llevan ya de novios?
—Seis meses—Louis sonrió.
En realidad eran cinco y medio, pero a él le gustaba redondear cantidades en ese tipo de cosas.
—Y tú cumpleaños está por acercarse —dije a él con una sonrisa.
—Aún falta un poco —murmuró, alejando un mechón de cabello fuera de mi cara.
—¿Cuándo es? —preguntó mamá.
—En diciembre, el veinticuatro.
Sonreí, acurrucándome a su lado en el sofá y aspirando su perfume. Mamá y él platicaban tranquilamente, ambos contándose cosas con confianza y yo sólo tenía mis ojos cerrados mientras Louis me abrazaba contra su cuerpo, acariciando mi espalda de manera suave.
No sé en qué momento me quedé dormida, pero cuando abrí los ojos me encontraba aún contra el cuerpo de Louis y mamá ya no se encontraba en el sofá. La televisión estaba prendida y Louis estaba perdido en ella.
—Lo siento, ¿te he despertado? —preguntó.
—No, ¿qué hora es?
—Darán las dos, dormiste una hora.
—¿Y mamá?
—Subió a su habitación, creo.
Asentí con la cabeza y él beso mi frente, aún abrazándome.
—Es increíble que tu mamá se sepa el nombre de las canciones —dijo, y yo reí por lo bajo.
—El día que compramos el disco me pedía que lo repitiera una y otra vez.
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I can love you more than this
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