—No lo sé Amber —dijo mi mamá del otro lado de la computadora—. No conozco al muchacho, y no sé cuáles son sus intenciones contigo.
—Vamos mamá, ¿no confías en mí? —pregunté.
—Claro que confío en ti cariño…pero aún eres joven, no quiero que todo se arruine en un segundo para ti, ¿me entiendes?
—Lo entiendo mamá, pero es sólo un viaje de menos de una semana, ¿qué puede pasar? Además, realmente lo quiero —murmuré tímida y me ruboricé —. Y él a mí, me lo ha demostrado…
Ella suspiró y se agarró la cabeza entre sus manos, yo mordí nerviosamente una uña esperando a que tomara la decisión.
—Tengo que hablarlo con tu papá, no toda la decisión está en mí —comentó ella—. Necesitas preguntarle el costo del viaje al muchacho.
—De acuerdo, yo hablaré con él de eso, pero ¿esto lo tomo como un "no" por ahora?
—Tómalo como un "sí" de mi parte…yo también necesito empezar a confiar más en ti para este tipo de situaciones, pero la última palabra la tiene tu papá. ¿Mañana por la mañana te marco? Tal vez para ese entonces ya sabré lo que opina tu papá.
—Seguro, me parece lo correcto. Hasta entonces mamá —sonreí viéndola en la pantalla —. Los quiero y los extraño.
—Nosotros más cariño, hasta entonces. —contestó ella y lanzó un breve beso a la cámara.
Apagué mi computadora y me tiré en mi cama, mi reloj marcaba las 11:09 de la noche. Me coloqué mi pijama y además una sudadera, ya que el clima seguía frío como hace unos días.
Salí al baño y todas las luces del pasillo se encontraban apagadas, así que cuidadosamente prendí sólo una y me adentré en el baño.
Me dirigí de nuevo a mi habitación y vi a Louis recostado en mi cama con su celular en las manos. Levantó la vista cuando escuchó mis pasos y me sonrió, dejando su celular en a mesita de noche.
—¿Qué haces aquí? —pregunté y cerré la puerta detrás de mí.
—Venía a verte —dijo y se sentó en mi cama —. ¿Ya hablaste con tus papás sobre el viaje?
—Sí, justo hace como veinte minutos.
—¿Y? —preguntó ansioso.
—No me dejaron —dije y evité sonreír.
Me senté en mi cama junto a él y pude ver que se tensó, mordí mi labio para evitar reír y él arqueó una ceja.
—¿Por qué no?
—Ellos no confían en ti —mentí—. Además, mis papás han tenido algunos problemas últimamente, y esto de estar aquí en Reino Unido se acabará.
—¿Cómo que acabará? —preguntó nervioso.
—Sólo tengo una semana más aquí, ellos me necesitan.
—Me estás mintiendo —me acusó él en un murmuro, y sus ojos se encontraban más grandes de lo normal.
Yo negué con la cabeza y agaché la mirada, aún conteniendo las ganas de soltarme a reír. La habitación se quedó en silencio unos segundos hasta que alcé la cabeza para verlo, y su cara mostraba angustia y horror.
—Demonios Louis, realmente tuviste que haber visto tu cara —cogí mi almohada y me cubrí la cara con ella, comenzando a reír.
Sentí unos brazos al rededor de mi cintura y solté un gritito, luego noté que estaba en el regazo de Louis. Él aventó mi almohada lejos de nosotros y me abrazó fuerte, ocultando su cara en el hueco de mi cuello.
—Me has dado un susto de muerte.
Yo solté una risita y acaricié su cabello suavemente, sintiendo su respiración en mi cuello. Suavemente me dio la vuelta y nos acostó a ambos en mi cama, abrigándonos con las colchas.
—¿Pero realmente no te dejaron ir al viaje?
—No, pero tampoco me dieron un "sí" definitivo. Necesito que me digas cuál es el precio del viaje, para avisar a mis papás y que, si es que me dan permiso, me manden el dinero.
Él rió y apagó la lampara que se encontraba en la mesita de noche, abrazándome contra su cuerpo.
—¿Pensabas pagarlo tú? —preguntó.
—Bueno…sí, ¿si no, cómo?
—No voy a dejar que pagues nada del viaje, nena —dijo él sonriendo —. Yo te invité.
—No, ya bastante es que me esté quedando en tu casa sin pagarles al menos —dije cerrando los ojos —. Al menos tengo que poner lo de mi boleto.
—No, y fin de la discusión —dijo él y besó mi frente.
Al día siguiente desperté y noté que abrazaba mi almohada, volteé la cabeza buscando a Louis pero me di cuenta de que ya no estaba ahí. Me levanté de mi cama y ordené la habitación, para después bajar a la cocina.
—Buenos días linda —me dijo Jay sonriendo.
—Buenos días Jay —le devolví la sonrisa —. ¿Lottie y Fizzy fueron al colegio?
—No, hoy no tuvieron clases.
—Oh, perfecto.
Me serví un tazón de cereal y me senté a desayunar con Jay, hasta que un mensaje en mi celular nos distrajo.
*****
Nuevo capítulo :) mañana no tendré tiempo de subir el siguiente, pero el sábado subiré dos.
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I can love you more than this
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