Capítulo 54◁

632 12 0
                                    

Los días pasaron tranquilos, cada vez estaba más interesada por ingresar a la universidad. Tenía mi guía de estudio para el examen de admisión y si me era posible estudiaba dos horas diarias.

Me había arreglado con Louis, o al menos eso habíamos acordado. Me sentía un poco alejada de él, intentaba arreglar bien las cosas pero a la vez sentía como si me golpearan cada vez que recordaba lo de su contrato.

Jay y Dan estaban de maravilla con sus vacaciones, el embarazo estaba bien y todos nos emocionábamos cada vez más al pensar en el sexo de los bebés.

Hoy iría con Sarah al aeropuerto para despedir a mis tíos, Louis y yo pasaríamos por ellos. Llegamos una hora antes del vuelo, mis tíos y Sarah platicaban animadamente y Louis y yo estábamos sentados frente a ellos.

—¿Vamos a desayunar después? —me preguntó.

—Seguro —sonreí.

Después de varios minutos ahí anunciaron el vuelo, así que nos levantamos para despedirnos de ellos.

—Fue un gusto verte cariño —mi tía sonrió—. Y me alegro que hayas encontrado a alguien después de todo lo que pasaste —sonrió a Louis y yo me removí incómoda—. Pero cuídense, estoy segura que tu mamá aún no está lista para ser abuela.

—Oh Dios —murmuré ruborizada y Louis rio a mi lado.

—Descuide señora, nos cuidaremos muy bien —le guiñó un ojo.

—Tendrás que cuidar muy bien a mi sobrina, Louis —advirtió mi tía.

—No dude de eso —sonrió.

Mi tía nos abrazó a ambos y luego de eso fue mi tío, que dio un breve abrazo a Louis y luego abrazó por última vez a mi prima. Nos despedimos de ellos ya que estaban por subir al avión y esperamos unos minutos. Louis me abrazó por la cintura y así caminamos hasta el auto.

—Gracias Louis —mi prima sonrió, bajándose frente al edificio.

—Cuando sea, Sarah.

—Te marcaré pronto —prometí y ella asintió con la cabeza.

Entró al edificio y Louis manejó hasta un restaurante. Me tomó de la mano y caminamos hasta encontrar una mesa, por suerte aún era un poco temprano, así que no estaba lleno el lugar.

El restaurante era hogareño y la fachada era muy rústica, pero era bastante lindo. Nos sentamos a un lado de la pequeña fuente que se encontraba ahí y Louis jaló mi silla para que me sentara.

—¿Qué pedirás? —me preguntó.

—Un coctel de frutas, y jugo —me encogí de hombros—. ¿Tú?

—Aún no sé, ¿nada más eso?

—No tengo mucha hambre.

El camarero llegó después de unos minutos y nos sirvió a ambos una taza de café.

—¿Qué ordenarán? —nos preguntó sonriendo.

I can love you more than thisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora