—¡Hola Amber! —habló Liam, sonriendo ampliamente frente a la pantalla.
—¡Hola Liam! —sonreí, y la atención de Xander se posó en la pantalla—. ¿Dónde están los demás?
—Salieron a comprar algo para comer, pero Louis olvidó su celular y decidí marcarte.
—Eso es perfecto, ¿cómo has estado?
—Muy bien, ¿y tú? Louis me ha contado que hiciste hoy tu examen, ¿es cierto?
—Igual muy bien, y sí, hoy en la mañana, estoy ansiosa por ver los resultados.
—Serás aceptada, no lo dudes —sonrió, y Xander se levantó colocando su manita en la pantalla—. Qué bebé tan lindo, ¿quién es? —preguntó emocionado.
—Se llama Xander —dije, y Xander sonrió viendo hacia Liam.
—Hola —Xander sonrió y Liam soltó una risita.
—Es precioso, Amber, hola pequeño.
—Se llama Liam —dije al pequeño mientras él lo veía atento.
—¿Amigo de Ambe? —preguntó.
Asentí con la cabeza y él sonrió de nuevo. Después de varios minutos hablando con Liam e incluso con Xander, llegaron los chicos riendo fuertemente y haciendo ruido como sólo ellos podían.
—¿Qué haces con mi celular? —escuché la voz de Louis a lo lejos.
—Hablo con tu novia.
—¿Qué? —preguntó y escuché sus pasos, arrebatando literalmente el celular de las manos de Liam—. Hola Amber —él sonrió y de nuevo Xander volteó al escuchar una nueva voz—. ¿De quién es esa cabellera rizada?
—Se llama Xander —dije, y jalé al pequeño hasta mi regazo—. Dile hola.
El pequeño sólo sonrió hacia la pantalla y yo solté una risita.
—Hola pequeño —Louis sonrió ampliamente y juraba que sus ojos brillaban—. Es precioso, tú igual estás preciosa, te echo mucho de menos.
Sonreí y estaba por contestar cuando sentí los brazos de Xander al rededor de mi cuello, pegándome por completo a él. Louis lo miró sorprendido y vi por la pantalla que Xander lo veía serio.
—Ambe mía —dijo él.
Lo miré sorprendida y comencé a reír, al igual que Louis. El pequeño seguía abrazándome contra él y tuve que sentarlo en mis piernas para que me dejara hablar.
—Ella es mía, pequeño —Louis dijo sonriendo divertido.
—No, mía —él contraatacó y volteó a verme—. Dile que eres mía —pidió, y yo solté una risita.
—Soy de Xander —dije, y vi por la pantalla cómo el pequeño sonría satisfecho.
—Sólo porque estás a kilómetros de mí, pero ambos sabemos que eres mía.
Sonreí y el pequeño jaló con él la libreta y los colores, coloreando tranquilamente lo que minutos antes había empezado. Los chicos se acercaban a saludarme uno por uno, y pude jurar que Xander estaba asustado de la risa de Niall.
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I can love you more than this
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