Mi reloj marcaba diez minutos para las dos de la tarde. Mis dedos se encontraban entrelazados con los de Louis, y su pulgar acariciaba lentamente el dorso de mi mano.
—¿A dónde vamos? —pregunté.
—Te diré cuando lleguemos —sonrió.
—¿Falta mucho? —pregunté, sintiéndome como una niña de diez años.
Él sonrió y se acercó más a mi, pasando su brazo por mis hombros. Besó suavemente mi frente y sonrió de nuevo, provocando que sus ojos se achinaran y se formaran esas líneas al rededor de ellos.
—Serán al rededor de quince minutos, amor.
Veía todo por el vidrio de la camioneta. Las personas caminaban de acá para allá, otras se tomaban fotos en grupo, y otras simplemente iban con audífonos puestos paseando a sus mascotas. Sonreí y apoyé mi cabeza en el hombro de Louis, abrazándolo por la cintura mientras me embriagaba con su loción.
Pasaron al rededor de diez o quince minutos y la zona donde nos encontrábamos era un lío de gente caminando por todos lados.
—Iremos al Museo Madame Tussauds —murmuró Louis en mi oído.
¡Sí! Joder, había querido visitar ese museo desde que llegué a Londres. Le sonreí emocionada y él rió por mi expresión, me besó en los labios y una vez que el hombre que manejaba la camioneta encontró dónde estacionar, nos bajamos.
Tardamos al rededor de unos cinco minutos en poder entrar, y noté que aquel hombre también era como nuestro guardaespaldas.
—Bueno amor, hay mucho que recorrer —Louis sonrió, entrelazando sus dedos con los míos.
El hombre iba a unos cinco metros de distancia atrás de nosotros, pero realmente no me sentí incómoda como lo hubiera hecho en otras ocasiones.
El museo era enorme, jodidamente enorme y hermoso. Las esculturas eran pura perfección. Me colgué mi cámara por el cuello y empecé a tomar fotografías de las esculturas que iba viendo.
—¿Podemos tener una foto tú y yo, con ésta? —pregunté a Louis, apuntando la escultura de Christina Aguilera.
—Claro que sí —me sonrió.
Esperamos a que dos hombres se alejaran de la escultura y yo entregué mi cámara a una de las empleadas del museo. Nos tomó dos fotos y agradecí, para seguir recorriendo.
—¡Esa es la de ustedes! —dije emocionada, apuntando a un cartel que tenía en grande ONE DIRECTION apuntando con flechas hacia un salón.
—Oh no, esa no —negó con la cabeza.
—Por favor, Louis —pedí, jalándolo de la mano.
Él rió y no se negó de nuevo. Una mujer y un hombre se encontraban dentro de aquel pequeño salón, sonreí emocionada al ver la escultura, Louis se encontraba en el centro, a su izquierda Harry y a su derecha Niall; en la parte de atrás se encontraban Zayn y Liam, era una maravilla notar la calidad que tenían.
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I can love you more than this
Roman pour AdolescentsTodos los derechos reservados© Obra registrada en Safe Creative con el código #1502023162158