Philip

Parte 3.11

-Hola.

-Hola, papá.

-¿Cómo estás, Isra?

Sentado en la sala mirando su herida.

-Bien, ¿y tú, cómo te sientes?

-Jodido, pero no hay más que hacer; ¿Philip fue a la preparatoria?

-Sí, pero volvió rápido, se encerró en su habitación, y no hace ruido.

-Bien, ya le llamaré después; debo colgar, llamaré en la noche.

-Sí, papá, hasta luego.

Vicente colgó, y enseguida llamó a Gerardo, intentando no sonar tan feliz.

-Hola.

-Gerardo, soy Vicente.

-Ah, Philip me dijo que estabas en el hospital.

-Sí... -perdió el buen humor de repente- El...accidente...

Chirridos de llantas, metal contra metal, vidrios volando contra el conductor.

-Dime, -continuó después de tragar saliva, de nuevo firme- hablé con Israel, me dijo que Philip llegó serio a casa.

-Vicente, sabes que los conozco hace algunos años, y le di el trabajo a Philip porque confío en él, pero... -suspiró profundamente- Rodrigo no es el único que piensa en el mal ejemplo de Philip, ya es un rumor entre los alumnos de último año, y, antes de que se propague, decidí...suspender a Philip por algunas semanas.

-¿Suspender? -preguntó fingiendo muy bien su preocupación- Pero tú sabes que Philip nunca haría algo como eso, él es, como diría Rodrigo, un beato.

-Pues sí, pero... Tú lo has visto, y todos los alumnos lo miran y se hacen sus propias conclusiones... Vicente, no lo tomes a mal, pero sólo es una suspensión, no lo estoy despidiendo...salvo que...

-Salvo que contrates a alguien que no aparezca con una nueva herida cada semana.

-Tú me entiendes, no es personal.

-Sí, gracias, no hay problema.

Gerardo colgó, triste al oír la voz acongojada de su ex alumno. Claro que no se sentiría tan mal si hubiese escuchado las carcajadas de Vicente, tan sonoras que hicieron que una enfermera entrará, huyendo enseguida cuando un plato casi le golpea el rostro.

Vicente sonrió de nuevo cuando la puerta se cerró, y miró en su celular la foto de Philip.

-Por fin -dijo-, por fin te tengo donde quería, solo, arrinconado, y tan dócil... Vas a pagar por fin haber hecho de mi vida una mierda.