Había una razón para que Philip no separara a Israel y Augusto.
Cuando Philip estudió la preparatoria, Vicente era asesor en ese lugar para sus prácticas, así que todo el tiempo lo mantenía vigilado. Pese a eso, Philip era una persona alegre, que pronto se hizo de varios amigos, entre ellos, un chico con chispa de apellido Carballido, y que siempre estaba con Philip.
En esos días Vicente acusaba a Philip de infidelidad, y lo castigaba, humillando ante los que decía, eran sus amantes. Una de esas veces lo llevó hasta el departamento del chico en cuestión, obligándolo a practicarle sexo oral. Vicente le advirtió al chico que corriera la voz de que Philip era la ramera de la preparatoria.
Al día siguiente, Philip fue recibido como Vicente esperaba; ojos encendidos de odio, insultos arrojados a la cara igual que algún objeto o un escupitajo. El Distrito Viejo era cruel cuando no seguías las estrictas normas de una ética arcaica, y que marginaba a todo aquel que fuese diferente. Así que todos estaban en su contra. Excepto Carballido. Él era listo, y pronto supo que era invención de Vicente, y sabiéndolo capaz de cualquier cosa para humillar a Philip, no se separó de él.
Sin embargo, una mañana, Carballido no entró a clases. Muy tarde se supo que subió al edificio quemado -un gran riesgo, pues el último piso era el más débil-, colgó su camisa de una varilla, y se lanzó al vacío. Nadie supo por qué lo hizo, pero había logrado opacar los rumores que corrían de Philip, aunque poco le importaba. Él estaba destrozado, intentando buscar una explicación, hasta que Vicente le dio una respuesta que desmoronó aun más al muchacho de 16 años: Carballido estaba enamorado de Philip, y aunque los rumores lo hirieron e intentó seguir tranquilo, no resistió la presión, y decidió suicidarse.
Philip creía ciegamente en Vicente, así que lo creyó todo. Lloraba todo el tiempo, culpándose de la muerte de su único y mejor amigo, cuyo único recuerdo era aquella camisa roída, a punto de ser llevada por el viento, pero que, como la bandera de un monarca vencido, aun ondeaba en la cima del edificio quemado.
—Profesor Monterroso.
Philip se dio la vuelta y se encontró con un grupo de chicas.
—Hola, niñas —dijo él, haciéndolas sonreír.
—Profesor —dijo una—, ¿cuándo hablaremos de las novelas románticas?
—Nosotras —segundó su amiga— formamos un club para leer la más romántica de las novelas modernas.
—Imagino —dijo Philip— que habla de una chica que entra al sórdido mundo del sadomasoquismo de mano de un billonario joven y apuesto.
—No —terció la última chica—, es "CREPÚSCULO", profesor.
—Bien, veré el plan de estudios, y ya veremos qué se puede hacer.
Las chicas agradecieron emocionadas, y corrieron al salón, observadas por Philip.
Para él, tener un sólo amigo a quien pudieras recurrir en momentos de soledad, o contarle cualquier cosa sin que te juzgara, o que intentara ayudarte, era mejor que un ciento de amigos que iban a darte la espalda con el primer chisme. Aun cuando fuese verdad.
***
—…intentó huir, —decía Augusto mirando a Ismael, aunque entre ellos estaba Israel, mirando aburrido a su amigo— pero cayó torpemente, y la máquina le pasó por encima, empaquetando partes de su cuerpo con la pastura.
—Fascinante —sonrió Ismael—, ¿dónde la escuchaste?
—Mi padre me la contaba por las tardes.
Philip entró haciendo que todos se sentaran en orden, comenzando a explicar la clase. Mientras, Augusto leía una revista, escondida en el libro, e Ismael miraba con atención a Philip, cada movimiento, cada palabra suya. Israel, en cambio, alternaba las miradas entre Ismael y Philip, esperando alguna señal, pero no, las miradas del profesor que por casualidad atrapaban a Ismael, eran como las que le dedicaba a los demás. Desconfiaba de sus propias conclusiones, y de lo exagerado que era su padre, pero la duda ya estaba sembrada, ¿Philip sería capaz de algo así, de engañar a Vicente? Quizá sí, quizá no. 50/50. ¿Pero con un niño?

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Philip
Fiction généralePhilip es un profesor de Literatura, casado con Vicente, un profesor de Matemáticas. Parece tener una vida idílica con su marido, pero la verdad es que Vicente lo golpea a la mínima provocación. Y de esto sólo el hijo de Vicente, Israel, es testigo...