Cuando llegaron a la casa, Israel entró primero.
—Philip, —dijo mientras Jorge entraba detrás de él— Philip, ya estoy aquí, Philip…
—…¡sí!… —vino la voz del piso de arriba, forzada y ahogada. Jorge se apresuró y vio a Philip sentado en el piso. Tenía marcas de moretones recientes en sus brazos, y en el ojo izquierdo. Se presionaba el vientre.
Jorge le revisó, descubriendo golpes que Vicente le había dado, seguro con una de las muletas.
—Debo llevarte al hospital —dijo, pero Philip quiso separarse de él.
—…no —forzó la voz—… Vice…Vicente se…enojará…
—No seas terco, estás mal.
Israel subió y miró a Philip.
—Isra —sonrió desde el suelo—, volviste, sí… Ve…ve a ver a tu padre…él…
—Que asco… —susurró el muchacho y fue a su habitación, cerrando de un portazo.
—¿Qué…?
—Lo que estás haciendo es egoísta —dijo Jorge molesto.
—¿Egoísta?
—Amas tanto a Vicente que no te das cuenta del dolor que le causas a Israel; dices que no quieres que vea lo violento que es su padre, pero le muestras este espectáculo… Eso es egoísta.
Jorge se levantó y fue a la habitación oscura donde Vicente miraba la televisión. Al entrar, encendió la luz, molestándolo.
—¡Hijo de…! ¡Jorge!
—Hola, Vicky.
—¡No me llames así! ¡Nadie…!
—Deja de gritar, traje a tu hijo, se escapó muy temprano, ¿sabes por qué? Está harto de todo esto; tienes a Philip como en una prisión, y puedo apostar a que ese niño sabe que lo estás utilizando como cadena para mantener toda esta violencia; él ya no lo soporta —su expresión furiosa se volvió preocupada—, ya detén esto… Mira hasta dónde has llegado, ¿y para qué? ¿Ya estás mejor? ¿Te parece bien hacer sufrir a ese niño por algo de lo que no es culpable?
Vicente lo observó, sentado en la cama. Su furia se volvió una burlona sonrisa que hizo enojar de nuevo a Jorge.
—¿Terminaste? —dijo Vicente.
—Tú…
—Si lo que quieres es que Philip se vaya, llévatelo, hazlo, yo no puedo levantarme, y mi hijo no te detendrá, tienes una oportunidad que no se repetirá, de hecho, ¡Philip!
Tan pronto como pudo, Philip se puso de pie y se acercó a la habitación, donde Vicente le sonrió, llamándolo a su lado. Philip sonrió y se acercó, hincándose al lado de la cama. Jorge estaba molesto.
—Philip, ¿me amas? —preguntó Vicente pasándole la palma de la mano por la barbilla.
—Sí —respondió sin pensar.
—Bien, dime, ¿te gustaría irte?
—¡No! —le tomó la mano, besándola ante la indignación de Jorge— No quiero irme, te amo, te amo.
—Vete con Jorge, así ya no voy a lastimarte, vete, Philip.
—No, no, no, no, te amo, no quiero irme.
—¡Esto es patético! —gritó Jorge— Me voy, —salió enojado, caminando sin dejar de gritar— no voy a volver a esta casa de locos, están perdidos, no vuelvan a buscarme, si necesitan a un doctor, no vuelvan a llamarme, estoy harto, no volveré ¡nunca!
![](https://img.wattpad.com/cover/366040803-288-k767144.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Philip
Ficción GeneralPhilip es un profesor de Literatura, casado con Vicente, un profesor de Matemáticas. Parece tener una vida idílica con su marido, pero la verdad es que Vicente lo golpea a la mínima provocación. Y de esto sólo el hijo de Vicente, Israel, es testigo...