Philip

Parte 3.1

Al día siguiente, mientras Israel y Vicente estaba en la preparatoria, alguien llamó a la puerta. Era un joven mensajero.

—Pastelería "Flor de Asia", buenos días, tengo una entrega para el señor Philip Monterroso.

—Soy yo.

El mensajero le entregó una gran caja después de firmar el importe de entrega. Llevó la caja hasta la cocina y allí se encontró con un delicioso pastel Selva Negra, y dos cajas más pequeñas con galletas finas de colores. Philip sonrió, imaginando quién podría habérselo mandado, hasta que vio la nota sobre una cajita:

"Recupérese pronto, señor Monterroso.
Ismael Remarque"

Philip estaba feliz. Nunca había recibido un regalo así, quizás sí de Andrea, pero no pasaban de una llamada, o unas flores. Pero esto en verdad parecía especial.

***

Vicente abrió el refrigerador sólo para ver el pastel ocupando un gran espacio. Antes de que Vicente preguntara, mientras Israel entraba a la cocina, Philip le explicó:

—Ismael Remarque me lo envió, es un chico muy amable, incluso tenía una nota.

—Bonito detalle —dijo Vicente sacando el pastel—, ¿de qué pastelería es?

—Flor de Asia.

—Muy pretencioso para un niño de 15 años, no?

—¿Por qué lo trajo? —preguntó Israel.

—Nos encontramos en el hospital, él y su padre me trajeron a casa.

—¿Por qué?

—Dice que le caigo bien.

—Que va —río Vicente—, ese niño lo único que quiere es una buena calificación, digo, que otras cosas buenas pudo ver en ti, eh?

Philip, que parecía muy animado, le sonrió y bajó la mirada a su libro.

—Ismael no me agrada —fijó Israel—, es un odioso.

—Me parece —respondió Philip— que es una persona muy sonriente.

—Si tan sólo fuese más sincero consigo mismo —susurró tomando una rebanada de pastel, aunque parecía molesto.

Los tres se quedaron a la mesa, comiendo pastel, cuando el timbre los interrumpió. Philip atendió con ayuda de su muleta. Israel quiso ayudarle, pero su padre lo detuvo, obligándolo a permanecer sentado.

—Paquetería Express, tenemos una entrega para Philip Monterroso.

La joven mensajera le entregó unas notas que Philip firmó, recibiendo un balde de 4 litros de helado napolitano. Cuando Philip cerró la puerta, Vicente le hizo una seña a su hijo para que le ayudara. Israel llevó la nieve a la mesa, frente a su padre.

—¿Otro regalo, Philip? —preguntó Vicente.

—Sí, —le mostró la nota— mira, también es de Isma.

—"Que tenga un día dulce y muy feliz. Ismael Remarque" —leyó—; pero esto es ridículo —rio con su forma odiosa—, ¿esto te parece lindo? Aquí dice "Soy el único que se acordó de usted, póngame una buena calificación sólo a mí. Ismael Remarque", es que no lees entre líneas? De qué sirve que leas tantos libros si no pueden quitarte lo idiota.

Philip estaba sentado a la mesa, mirando su plato, sin decir nada. Israel metió la nieve al congelador y subió a su habitación.

Odiaba escuchar reír a su padre. Le provocaba escalofríos.