Tenia un mes exactamente que Penelope y Sarah se habían instalado en esa pequeña mansión, que de pequeña no tenia nada. Contaba con 12 habitaciones, un salón, una enorme biblioteca, un jardín y muchísimas hectáreas, aparte de la cocina, comedor, sala de té y otros pasillos. Penelope estaba feliz con su nueva adquisición, el esfuerzo de su trabajo por fin estaba siendo recompensado, era consiente de que no sabia llevar una casa sola, pero Sarah no la dejaba un instante y también se hizo a la idea de que tendría que hacerse de mínimo dos empleados.
- Señora Ann, ¿quiere algo más para desayunar?
- No, así estoy bien. Iré a escribir unas cartas. ¿quieres escribir conmigo? - Sarah negó con la cabeza. - ¿Por qué nunca quieres escribir? ¡Le puedes decir a Genevieve que estas bien!
- Señora Ann... yo no tengo a quien escribirle cartas.
- Escríbele a Genevieve. - Sarah hizo cara de disgusto. - ¿dije algo malo? Vamos al despacho ese lugar tiene muchas cosas que no me gustan.
Después del incomodo desayuno las dos se dirigieron al despacho. Penelope estaba limpiando estanterías y sacando cosas que no eran de su agrado de ese lugar. - ¿Unos cuernos? ¡Ni que fuera el primo Jack! - Después de pasar por mucho polvo y subir y bajar cosas las dos se sentaron en unas sillas. Sarah había ido por unos bocadillos y té. - Bien, explícame, ¿qué ocurre?
- Señorita Penelope, yo no... soy huerfana. No tengo familia... bueno si tengo un tío, hermano de mi papá, su esposa me odia, no me soporta y cuando tenía oportunidad me sacaba de la casa, nunca me acepto, así que me puse a trabajar desde muy pequeña como un burro, y ya nunca volví a ese lugar, mi tío iba por mi, pero al primer descuido me volvían a sacar así que opte por escaparme y nunca volver a esa... ese lugar. Pude encontrar trabajo solo tenia derecho a hacer una comida al día. Solo podía tomar un vaso de agua cada seis horas... he recibido maltratos toda mi vida. Estar sentada aquí con usted, nunca lo hubiera pensado. Es todo un privilegio.
- Yo no tenia ni la mínima idea, ¿quienes puede ser tan crueles para tratarte así? - Sarah alzo los hombros y luego los bajo.
- Ya no importa ahora estoy lejos de todo eso, ahora solo sirvo a mi señora Ann Ferlington que recién acaba de enviudar. - se puso de pie.
- Alto ahí Sarah, intuyo que no sabes escribir ni leer.
- Pues no sé. - Penelope le sonrió de lado.
- Bien te enseñare, te enseñare todo lo que se hacer con una pluma, un tintero y una mirada audaz. Solo llévame el paso.
- No me gusta hablar de mi pasado.
- Tampoco es que te fuera a preguntar Sarah... - Respondió Penelope y murmuró. - tu sola me lo dirás...
Pasado otro mes Penelope asistió a una junta de campesinos, donde se compraban semillas para todo tipo de cosechas. Contactó con dos personas que trabajarían unas cuantas hectáreas y si las tierras eran fértiles, la viuda Ferlington tendría sus primeras cosechas.
- ¿Qué le sucede? - Pregunto Sarah.
- Estoy mareada. Me iré a recostar... -Sarah dudo por unos momentos en preguntarle a su señora, pero llamaron a la puerta y desistió.
Sarah preparo el baño de Penelope y entro a la habitación - ¿se le pasó el mareo?
- Si, estoy lista para mi baño, me siento agotada.
- Señorita Penelope, necesito preguntarle algo - Penelope la miro. - voy a ¿cómo es que se dice? - divago un par de segundos. - ¿le ha llegado el período?
- ¿Qué? - Penelope estaba entendiendo perfectamente lo que Sarah estaba insinuando. Penelope se quedo estática y luego miro a Sarah. - estas diciendo que yo - se toco el vientre.
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En tu ausencia... Pen, vuelve a mi.
RomanceColin Bridgerton está completamente disgustado con Penelope, su ahora prometida, recién descubrió que ella es "Lady Whistledown" y esta molesto, pues Penelope no tuvo reparo en hablar y exponer a todos los Bridgerton las veces que ella y su alter eg...