37. Tarde de té.

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Penelope Ann Featherington tiene un sonrisa en el rostro. La balanza esta de su lado y no piensa desperdiciar esta oportunidad que la vida le esta dando. Colin Bridgerton el escritor del momento tenía que sufrir en propia carne lo que es rezarle a Dios en tierra ajena. Ahora si, tenía todo planeado, había un plan, y solo era cuestión de seguirlo al pie de la letra. Antes de irse a América o algún otro lugar lejos de Mayfair, alguien le iba a romper el corazón, y no, no era ella.

- Entonces irás a la mansión Bridgerton. - Portia.

- Si, el vizconde Anthony Bridgerton nos invito a Sarah y a mi tomar el té, ¿Puedes encargarte de este precioso bebé? - Tomas le sonrió a su madre, sus ojos extremadamente azules la miraban desde su regazo.

- Nunca es una molestia cuidar a mi nieto. - y se lo quito de las manos a Penelope. - ¿Cuándo podrán tus hermanas conocer a su sobrino? ¿y Tomas a sus primas?

- Aún no es tiempo, ya lo hemos hablado.

- Penelope, el panfleto de hoy a sido muy arriesgado, debes tener cuidado.

- Lo tengo, en verdad lo tengo.

- No quiero que mi hija sea señalada con el dedo de la corona, no se como pero por alguna razón no me han vuelto a visitar ese hombre desagradable, por la revocación del titulo. Eso es algo extraño.

- Te prometo que eso no pasara, entonces aprovechemos esa oportunidad, ¿Sarah?

- Todo en orden.

- Madre, mi hermoso bebé Tomas, nos tenemos que ir, prometo que no tardaremos. - salieron de la habitación.

Antes de subir al carruaje, Penelope le indicó al cochero que las lleve a la esquina Corlette, irían por unos pastelillos y luego a la mansión Bridgerton.

- ¿Estás nerviosa? - Pregunto Sarah.

- Un tanto puedo decir, ¿y tu?

- Nunca he asistido a una tarde de té.

- No te preocupes, solo te sentaras en la sala a comer galletas y tomar té de flores.

- ¿Qué tiene de interesante eso?

- El cotilleo, ya verás te divertirás.

- Después de comprar los pastelillos se dirigieron a la mansión Bridgerton, quince minutos después el carruaje se detuvo, el cochero abrió la puerta.

- Mansión Bridgerton señora Ferlington. - Penelope tomo la mano del cochero y bajo, Sarah le entrego la caja de pastelillos y bajo del carruaje. Penelope aspiró profundo todo el aire hasta que sus pulmones se sintieron grandes y luego lo soltó lo más despacio que pudo, el doctor que la asistió en el parto le enseñó eso y se lo agradecía.

- ¿Estás lista? - Sarah tomo las cajas de pastelillos y miro a Penelope. - Todo saldrá bien. - Penelope asintió, avanzaron por el camino de gravilla y Sarah le dio tres golpes a la puerta con su mano hecha un puño y esta se abrió.

- Buenas tardes, las señoras Bridgerton las esperan para tomar el té. - Las saludo Wickham, ellas entraron, caminaron por el pasillo - Lady Violet, vizcondesa Bridgerton, sus invitadas han llegado.

- ¡Penelope! - Grito Hayacinth emocionada.

- Buenas tardes, - Penelope hizo una reverencia y Sarah la siguió. - Hemos traído pastelillos de la esquina Corlette, lady Wishtledow los recomendó. - La mayoría de los presentes sonrió.

- Muchas gracias por tan delicioso detalle. - Violet tomó las cajas y las puso en la mesa.

- ¡Penelope! - Grito Gregory y corrió a saludarla.

En tu ausencia... Pen, vuelve a mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora