En tu ausencia... Pen, vuelve a mi.

55. ¡Deja de ser tan egoísta!

Señor Colín Bridgerton.

Hola Colin, está carta es para ofrecerte una disculpa sincera, debo empezar diciendo que eres una persona excepcional.
Lo que me lleva pedirte que me disculpes por el diario que tomé de la biblioteca.

Estaba muy enojada porque no le habías dicho a mi hermana sobre tu relación con la señora Ann Ferlington, hurte un diario y se lo hice llegar a ella, entre sus páginas pude leer algo que me dejó perpleja debo de confesarte que iba a revelar su identidad el día del anunció de la fiesta de compromiso ahi estaba escrito todo y era una prueba irrefutable para la corona, luego pense bien las cosas y decidí que no era posible si yo la exponía a ella, todos los Bridgerton se verían implicados empezando contigo y mi hermana sufriría por tu culpa... Así que lo deje así, pensé que después de casados sería muy buena idea decirle a la señora Penelope para que se alejara completamente de todos nosotros sobre todo de mi hermano Vicente, pero me detuvo algo.

Las actitudes de mis hermanos, los dos estaban sospechosos y algo estaban guardando entre ellos, mis padres no nos educaron de esa forma y pensé todo de nuevo. Yo no soy nadie para juzgar a Penelope y mucho menos a ti. Pasaron por muchas cosas y yo no soy nadie para entrometerme, luego Micka estuvo recibiendo flores y yo fingi que eran para mí dando tiempo que termine esa relación pero nunca paso, me enojé me hizo mentirle a mi hermano diciéndo que el señor Benedict Bridgerton me estaba cortejando ¡El no me gusta ni un poco! Fue muy egoísta de su parte y cuando mi hermano descubrió todo me mandó inmediatamente a París, estaba arruinando sus planes.

Debo confesarte también que mi hermano está interesado en la señora Penelope desde que ella se presentó en el baile de lady Danbury y Colin se que aún sientes cosas por ella.

Es imposible no darse cuenta, por favor cuida de ella, mi hermano a veces es muy arrevatado, Adam me dijo que un familiar tuyo y tú le han dado un par de golpes, temo por la seguridad de la señora Penelope, pues a pesar de que mi padre ordenó que regrese con Micka a París no creo que lo haga.

Por favor ofrecele mis disculpas a toda tu familia en especial a la señorita Eloise Bridgerton, es una persona muy agradable y yo no supe aprovechar su amistad debo decirte que tomé una carta que me revelo muchas cosas y que me hizo comprender todo lo que tu y la señora Penelope han pasado, me sentí muy mal después de leer esa carta, pero cuando quise salir de todo esto, mis hermanos y yo ya estábamos encerrados en un círculo de mentiras y más mentiras. Me da mucha vergüenza contigo Colin, porque realmente eres una persona sincera que odia las mentiras y así soy yo, pero no se ni cuando empece a mentir, mis padres me han castigado, no podré volver a Mayfair en mucho tiempo.
Extiéndele mis disculpas a tu hermano el señor Benedict Bridgerton por meterlo en problemas por mi culpa y al señor Gregory Bridgerton por querer hacerme la inocente con él y siempre me estaba espiando.

Les ofrezco una sincera disculpa por mi pésimo comportamiento en su casa. Lo lamento mucho, sobra decirte que en verdad te aprecio y que las puertas de la editorial Lennox están abiertas para el magnífico escritor que eres. Por último te pido que me disculpes por todos los malos entendidos que te haya acarreado mi comportamiento. Lo siento mucho.

P.D. Le señora Ann Ferlington o Penelope Ann Featherington es amada en tu familia, no desaproveches esa oportunidad Colin, recuperala, ella es una gran escritora "El alheli", "Lady Wishtledown" y sus otros escritos están a la par de lo tuyo. Leí lo que ella escribe y es maravillosa.

Por último debo decirte que no te preocupes por el secreto de la señora Penelope, mi primo Adam y mis hermanos no tienen conocimiento alguno de eso, puedes estar tranquilo. Nunca se enteraran de mi parte, con esto pagaré mi deuda contigo y con la señora Featherington.

Tu amiga parisina, Alexandra Lennox Phillips. Futura editora de la editorial y dueña de la imprenta Lennox... Lo tenía que decir alguna vez...

La señorita Alexandra Lennox, doblo las hojas, las metió en un sobre, lo sello con cera y pidió sea enviado a la dirección que estába escrita en el remitente. Más tarde un carruaje llegó a casa, escucho voces y bajo a mirar.