23. ¡Bienvenida a casa Penelope!

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Penelope había recibido la carta del señor Adam Lennox, donde le decía que la editoral e imprenta la esperaban con los brazos abiertos, que no tenga miedo por su secreto y que si necesita algún transporte Lennox mandaria por ella y su acompañante.

La señora Ann Ferlington estaba lista para partir con su hijo Tomas, con Sarah y con su pertenencias. Penelope tenía la idea de regresar a su finca, para cuando termine la temporada o antes. No dejaba pensar en todo lo que se le venia, pero como Sarah le dijo ella es el caos, ella es "Lady Wishtledow" y con ese pensamiento apaciguaba su miedo.

En un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba en las calles de Mayfair y para su asombro todo seguía igual. El carruaje anduvo por varias calles hasta que llego a una casa bastante agradable, entro sin mirar a los costados con su bebé en manos. Su licenciado y una cocinera la saludaron.

- Señor Geriberto, dígame que tenemos despacho.

- Adelante señora por este pasillo. - Caminaron y entraron a un despacho de buen tamaño.

- Señor Geriberto estoy muy agradecida con usted, no tengo palabras, usted a sido tan servicial. - Geriberto la miro y le sonrio.

- Su padre el barón Archibald le tenia mucha fe y siempre me pidió que la ciude. Así que lo seguiré haciendo hasta donde me sea posible.

- Gracias. - Penelope arreglo unos documentos con el y después de unos treinta minutos se retiro. Ella miro el despacho, le gusto.

Luego camino por la casa y observo todo. La sala, el comedor, el salóncito de té, la cocina y luego subió por las escaleras, Tomas ya estaba instalado en su nueva habitación. Penelope se dirigió a él cuando escucho el ruido de la sonaja por el pasillo.

- ¿Te gusta mi amor? - Tomas la miró y le sonrió, haciendo unos ruiditos con sus pequeños labios.

- El dice que esta perfecto. En unos días más llegará su cuna y el caballito de madera que tanto le gusta y mi silla de cuero.

- ¿Ya has elegido tu habitación Sarah?

- Ya, es la contigua y la tuya es la de enfrente. - Penelope cargo a Tomas.

- Acompáñenme a conocer mi nueva habitación.

Penelope, Tomas y Sarah no salieron de esa casa en cinco días, habían llegado sus pertenecías y se la pasaron acomodando muebles sobre todo adecuando la habitación de Tomas, que entrara luz, que las cortinas corran bien, que la cuna este confortable, que la cama este cómoda y todo eso para que Tomas se sintiera como en su finca.

Penelope no quería mucha servidumbre en su casa para evitar rumores, así que entre Sarah y ella acomodaron sus vestidos, zapatos y más.

Tocaron a la puerta y las dos se miraron, Penelope se quedó con Tomas en su habitación, mientras Sarah bajo a mirar.

- Buenos días, ¿en que lo puedo ayudar?

- Bueno días señorita, una invitación para el primer baile de la temporada. - Sarah tomo el sobre y cerro la puerta, corrió escaleras arriba y entro a la habitación de Penelope.

- ¡Llego la primera invitación de baile! - grito mirando a Penelope, ella tomo el sobre, lo abrió y se rió.

- Como era de esperarse el primer baile es en la mansión de lady Danbury.

- ¿Asistirás? - Pregunto Sarah con los ojos llenos de emoción, fue cuando Penelope entendió que necesitaba a alguien de confianza para cuidar a Tomas, porque Sarah se merecía ir a los bailes, los Cowper le negaron esa oportunidad pero ella se la daría al final, ella también se merecía florecer.

En tu ausencia... Pen, vuelve a mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora