8. Escritura audaz y muy concreta.

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Faltaba un mes, un solo mes para que la señora viuda Ferlington diera a luz a un varón o una mujercita. Lo que saliera del vientre de aquella mujer será recibido con mucho amor. Penelope dormía más y comía más. La señora Phina le preparaba unas galletas a las cuales Penelope se había vuelto una adicta sobre todo si venían acompañadas de un vaso de leche recién ordeñado de Cindy.

- ¿Quién lo iba a pensar? - Dijo Sarah y se cruzo de brazos.

- ¡Que sorpresa nos dio!

- ¡Que suerte tienes! - Penelope se rió ante ese comentario.

- ¿Cómo lo iba yo a saber?

- Definitivamente ese bebé que viene en camino, te esta trayendo cosas buenas a la vida, la primera cosa buena que llegó a tu vida - Sarah se apunto a si misma con su dedo indice - Fui yo, - Penelope se rió de nuevo. - Luego llego el señor Richard, la cosecha ha sido un éxito, la señora Phina es una excelente cocinera, también Cindy llego y resulta que no venia sola, venia cargada con cinco crías, ahhh y el bebé.

- ¿Ahhh y el bebé? - Penelope la miraba con incredulidad - No hablaste así del bebé. - Sarah soltó una carcajada.

- Estoy bromeando, gracias a este bebé, - le acaricio la barriga a Penelope - estamos aquí... y ya lo quiero cargar.

- Jurame que si me llega a pasar algo...

- Basta, deja de decir eso. No te va a pasar nada a ti, ni al bebé, los dos estarán en perfecto estado. Yo los voy a cuidar. Será divertido. - La puerta de la biblioteca fue golpeada.

- Adelante. - La señora Phina apareció tras ella.

- El señor Richard a regresado de la junta, desea hablar con usted.

- Dirijelo al despacho. Ahora voy... - Penelope se puso de pie y con movimientos lento miro a Sarah.

- ¿De nuevo?

- Si...

- De acuerdo. ¿Cuantas veces ya has ido hoy?

- Eh perdido la cuenta... a este bebé le gusta ir al orinal.

Una vez en el despacho, el señor Richard puso al tanto a la señora Ferlington de como se desarrollo la junta, de las personas que asistieron y que lo mejor fue que no fuera pues en esa junta solo se presentan hombres con algún titulo y le pudieron haber faltado al respeto. Rió para sí irónicamente.

- Debo decirle que un duque esta interesado en tener tratos sobre la cosecha de maiz, esa es la más grande que tenemos.

-y ¿qué piensa de eso usted señor Richard?

- Mi señora, yo, lo he estado pensando. Déjeme consultarlo con los ancianos encargados de esa área y le tendré una respuesta.

- De acuerdo, esperaré su respuesta...

- Aun que estoy muy seguro que recibirá visitas, muchos caballeros quieren saber quién es usted.

- ¿Pero no se supone que usted fue para eso?

- Si, claro, pero los tratos a papel son con usted. - Penelope suspiro.

- Entiendo. Usted estará a mi lado. Confío en usted.

- Se lo agradezco.

Al otro día Penelope, se levanto temprano, aquel bebé se la paso pateando su barriga desde que el sol salió. Miro por la ventana, vio como los campesinos disfrutaban de su desayuno y como se iban dirigiendo a las tierras.

- ¿Ya te has levantado?

- Buenos días Sarah, me han levantado.

- El bebé ya quiere salir a correr por el campo. - Penelope se acarició el vientre.

En tu ausencia... Pen, vuelve a mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora