31. Entre hierva fresca.

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A la mañana siguiente a alguien muy despistado se le ocurrió dejar los dos panfletos de las "Lady Wishtledow" en una mesita y Colin no pudo evitar sentir curiosidad por leerlos, los miro, miró a su alrededor que nadie lo observe, los arrugó, los metió en su bolsillo del pantalón y subió a su habitación.

Estando ahí en silencio los leyó, los panfletos mencionaban a Penelope y a su hermano. Lo que le dijo a Anthony que no quería que ocurriera, el apellido Bridgerton sea usado como burla por la sociedad. Cualquier motivo era bueno para reclamarleselo a Penelope y esta noche en el baile lo haría, no iba a dejar que esa mujer se siga burlando de él o de su familia.

Tomo los panfletos y los metió a la caja con los Wishtledow de la temporada pasada. Esperaba con ansías el baile.

En la casa de Penelope las abuelas jugaban con su nieto y eso ella no lo había pensado, las abuelas ya tenían varios días coincidiendo en sus visitas.

- Es un bebé muy bello.

- ¡Claro que es bello! Se parece a su padre. - Portia, Penelope volteó la cara.

- ... Penelope ¿qué harás con lo que anuncio la reina?

- No sé, aún no tengo idea de quien pueda ser la otra lady Wishtledow. Quiero que Sarah asista a los bailes, ella también es una flor.

- ¿Quién es ella? - Portia.

- Es una buena persona, ella estuvo conmigo todo el tiempo, nunca me abandonó - las abuelas se miraron - y ahora yo debo apoyarla con los bailes, los vestidos ¡Los vestidos! ¡Sarah! - Grito Penelope.

- ¿Si? - asomó su cabeza detrás de la puerta.

- Tenemos que ir con Madame Delacroix...

- Pero Pen...

- Hoy irás conmigo al baile. - Sarah hizo un puchero mientras las abuelas miraban eso, Penelope había madurado tanto, se hizo cargo de una señorita que no tenían idea de quién era, se hizo madre de un hermoso bebé y estaba peleando contra la corona. Qué otra cosa más podría esconder Penelope. - Debemos ir con Genevieve, pide el carruaje. ¿Se pueden quedar cuidando a Tomas?

- Si, - respondieron las abuelas al unísono y rieron.

Veinticinco minutos después ellas entraban a la tienda de vestidos, las damas que estaban ahí miraban a Penelope y a Sarah, el trato de Genevieve era especial.

- ¡Pero miren a quién tenemos aqui! Penelope... ¿Cómo es tu apellido de viuda?

- Ferlington, señora Penelope Ann Ferlintong, Cressida.

- Debe de ser muy triste haber perdido el amor dos veces. - Cressida se rió de ella.

- Bueno yo al menos se lo que significa amar y ser amada, hay gente que nunca conoce el amor... - Respondió Penelope triunfante, Cressida se molesto.

- Debe de ser más triste ver a tu primer amor andar del brazo de otra.

- Debe de ser, - Alzo los hombros quitando importancia a la palabras de Cressida, pero por dentro estaba furiosa, - supongo que si. - Estaba muy molesta, la visita a la costurera no fue lo que ella planeo.

- ¿Quién es ella? - Pregunto Cressida de manera despectiva y la miraba de arriba a abajo.

- ¿Ella? - Pregunto Penelope, con una sonrisa en el rostro. - Ella, es Sarah Ferlington, hija de mi difunto esposo. Es muy bella, tan bella como tu Cressida ¿no te parece? - Cressida no supo que contestar, no sabía si la estaba ofendiendo o halagando.

- Que se diviertan mirando telas. - Y salio del establecimiento.

- Tan detestable como siempre...

En la mansión Bridgerton, las señoritas Alexandra y Eloise leían un libro en la biblioteca. Gregory estaba muy pendiente de ellas en la puerta.

En tu ausencia... Pen, vuelve a mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora