Capítulo 54; Amor de padre.

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Aníbal se sorprendió pues de todo lo que había pensado que su hijo podría conversar con él la baja ministerial realmente no había estado dentro de sus opciones sin embargo, la dicha lo inundó pues sabía que desde niño su madre le había inculcado ese amor desmedido por la iglesia y ese supuesto deseo por querer ser sacerdote aunque Samuel nunca había manifestado que particularmente ese fuerte su deseo. Ana se había encargado de dejarle claro que esa era la única opción viable para él.

Aníbal se puso de pie y caminó hasta donde estaba su hijo, dándole la mano lo ayudó a ponerse también de pie antes de darle un enorme abrazo mientras reía de felicidad.

—Hijo mío realmente estoy muy feliz por ti, sé que si has tomado esta decisión es porque lo has pensado mucho así que yo no tengo que pedirte que reconsideres nada, te apoyo incondicionalmente, sé lo importante que ha sido siempre tus hábitos para ti y si has tomado la decisión de dejarlo es porque seguramente lo has pensado mucho.

—Así es padre, muchas gracias por entenderlo ya imaginarás que mi madre casi enloquece con la noticia. No es para menos, me imagino que la estará pasando bastante mal.

—Lo único que sí está mal Samuel, es que tu madre hubiese querido vivir sus sueños eclesiástico a través de ti, entiendo que esté agradecida con Dios por haberte enviado a nuestras vidas cuando todos decían que no podríamos tener un hijo sin embargo, creo que se fue al extremo y su agradecimiento se convirtió en una religiosidad desmedidas— Aníbal caminó de regreso a su silla y se sentó— pero dime, ¿ esta decisión tiene algo que ver con la mujer de la cual estás enamorado?

—Tiene todo que ver padre, ella me ha hecho descubrir  muchísimas cosas de mí, quiero estar con ella, quiero ser feliz junto a ella aunque sé que no será fácil, al menos no si nos quedamos en el mismo lugar, para muchas personas yo solo soy  un sacerdote que debería estar dispuesto a seguir al servicio de Dios así que supongo que mi relación con ella no será fácil y que muchos nos señalarán...

—Y desde ya te digo que eso debe importarte muy poco hijo, estás claro en quién eres y en el tipo de persona que eres, el enorme amor que hay en ti para tu prójimo y sé que seguramente seguirás ayudando en todo lo posible a todas aquellas personas que esté en tus manos ayudar, y me alegra por ti y también  me alegra por ella— dijo refiriéndose sin saberlo a Ámbar — que seguramente estará muy feliz de que hayas tomado la decisión de abandonar los hábitos para estar junto a ella y sí, quizás no vaya a ser fácil al inicio, pero si es necesario cambiarte de ciudad y hasta de país para que sea feliz no debes dudarlo hijo— Samuel sonrío agradecido por la comprensión de su padre.

—Gracias por el apoyo, padre, no imaginas lo importante que es para mi.

—No te imaginas cuánto te amo Samuel, eres mi orgullo y solo deseo verte feliz.

—Gracias, padre— asintió— no tengo claro lo que haré cuándo llegue mi permiso, me gustaría que me enseñarás a dirigir la empresa, aprender de ti.

—Ese siempre ha sido mi sueño, hijo. —admitió— estaré feliz de tenerte aquí conmigo.

—Gracias, padre. En cuanto a ella— sonrió —Me gustaría que la conozcas— le dijo Samuel.

—Por supuesto que sí— aceptó Aníbal— estoy ansioso de conocerla, de que al fin puedas presentárme, así que organicemos una comida para hacer las respectivas presentaciones porque yo también necesito que conozcas a Melina.

— Melina...— dijo Samuel— mi madre ya me había comentado que te habías ido de la casa y que las cosas no estaban bien.

—Las cosas no están bien hace mucho tiempo,  así que eso no es una noticia nueva, me duele haber llegado hasta esa decisión porque amé muchísimo a tu madre sin embargo, no podía seguir, la relación ya no daba para más y ahora estoy viviendo una nueva etapa de amor junto a Melina, estoy muy agradecido de que ella también me ame y sé que ante los ojos de tu madre, ante los ojos de la iglesia y de la sociedad está mal, pero te juro hijo que hacía mucho tiempo que no era tan feliz

—No seré yo quien te juzgue, padre— le regaló una sonrisa amistosa— solo quiero que estés bien. Eres un adulto y confío en que las decisiones que has tomado son las mejores para ti y que estás completamente seguro de lo que estás haciendo.

—Por supuesto que sí —le dijo a Aníbal— tu madre se puso eufórica cuando se lo dije, tuvimos una discusión bastante fuerte y terminé tomando mi maleta y yéndome de la casa, le he notificado que le enviaré a los abogados para lograr un acuerdo de divorcio sin embargo, ella me ha dicho que no firmará nada que nuestro matrimonio es hasta que la muerte nos separe. La verdad espero que solo haya sido el furor del momento porque no quiero tener que caer en un conflicto legal con ella. 

—Todo estará bien, padre, estoy seguro de que las cosas mejorarán pronto.

—Muchísimas gracias hijo por tu comprensión y ahora hablando de tu madre, de Melina, de que me salí de casa, es también importantes que te enteres de algo, te pido que lo guardes para ti porque tu madre aún no lo sabe, de hecho yo me acabo de enterar pero quiero que Ana esté muy tranquila antes de contárselo.

—¿Qué sucede, padre?— preguntó preocupado.

—Melina está embarazada, vas a tener un hermano— los ojos de Samuel se abrieron llenos de sorpresa, luego se puso de pie y caminó hasta él, Aníbal también se puso de pie y lo abrazó con fuerza— Muchas felicidades padre, sé cuánto querías tener otro hijo, así que me imagino todo el amor la felicidad y el orgullo que está sintiendo desde ya por esa criatura. ¡Te lo mereces!— dijo palmeando su espalda—¡Eres un padre increíble!

— Así es hijo, estoy feliz de obtener está bendición, y estoy muy agradecido con Melina porque realmente me devolvió un sueño que había perdido hace mucho, estoy muy agradecido de verdad.

—Considerando las noticias deberíamos reunirnos para celebrar y así yo puedo conocer a Melina.

—Y me sirve también para conocer a tu chica— dijo el padre y Samuel sonrío por la manera en la que su padre se refería Ámbar, pero no le incomodaba. ¡Claro que era su chica, su amor y la mujer a la que le pediría ser su esposa y la madre de sus hijos!

—¿Dónde podríamos vernos?, no podemos ir a un restaurante como dos parejas normales... debo guardar la imágen de la iglesia hasta que llegue mi baja.

—Déjame organizar algo.

—Lo dejo en tus manos.

Aníbal pasó el resto de la mañana feliz, hablar con su hijo le había dado una enorme tranquilidad y felicidad, pero como nada podía ser eterno, no pudo seguir evitando las llamadas de Ana.

—¡Aníbal, hasta que respondes!

—He tenido ocupaciones, mujer.

—Han estado ocurriendo cosas que son más importantes que todo— le dijo desesperada— debes venir a casa, te necesito mas que nunca Anibal, las cosas no estan bien, ni te imaginas lo que sucede con nuestro hijo.

—Lo sé, ha venido está mañana y hemos conversado.

—¡Ha perdido el juicio!, ¡No sé que le ocurre Pero ha perdido el juicio!, somos sus padres, debemos hacerlo recapacitar, debemos hacer que no pierda el norte, Anibal,  hablar con Samuel y convencerlo de que no abandone sus hábitos.

—Ana, Samuel no es ningún niño, ha crecido, es un hombre adulto capaz de reconocer lo que es mejor para ellos, está decidido y deberías respetarlo.

—¿Estás loco?, ¿que les pasa a ustedes?, ¡el pecado los tiene ciegos!

— Ana, estoy muy feliz de la decisión que ha tomado Samuel, me parece lo más correcto y te pido que si realmente amas a tu hijo, respetes la decisión que ha tomado.

—¡Claro que amo a mi hijo!, ¡Lo amo tanto que debo guiarlo correctamente!

—¡Samuel sabe lo que es correcto mujer, ya basta de gobernar su vida!

—Estás aprobando que Samuel siga planes para los cuales no fue destinado, ni enviado a la tierra. ¡Tu apruebas su pecado, su desobediencia!, ¡No sé ni para que te llamo!, ¿Que ejemplo puedes darle a tu hijo si eres un hombre que vive en pecado?

—Que tengas feliz día, Ana— respondió y cortó la comunicación.

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