Matteo, estacionó la moto frente al café, Ámbar aún con el corazón destrozado, no lo dudó, si Samuel no estaba dispuesto a amarla, necesitaba matar ese amor que sentía por él, ¿Y que mejor manera que hacerlo de la forma que el mismo recomendó?
Quería que ella se enamorara de alguien más, pues bien. Quizás debía hacerlo.
—Estás ardiente— le dijo recorriéndolo desde los pies a la cabeza. Cuando se encontró con sus ojos cargados de tristeza, le demandó saber— Ámbar, ¿estás bien?
—Por supuesto que estoy bien— respondió y tomando el casco que él le tendió se lo colocó y subió a la moto.— vámonos, antes de que cambie de opinión.
A Ámbar, nunca el sexo le había dejado un amargo sabor de boca como ahora, no es que Matteo fuese malo en ello, no es que su cuerpo no lo hubiese disfrutado, era sencillamente que su mente estaba lejos, muy lejos de aquella cama donde Matteo daba su mejor esfuerzo por complacerla, hubiese querido cumplir la palabra que le dió a Samuel, pero no pudo, tras un par de encuentros, se marchó a casa. Se comunicó con Jessie, quién estaba por irse a dormir ya que es Australia era muy, muy tarde.
—Lo perdí, Jessie, lo perdí — gimoteó en cuanto su amiga atendió la llamada telefónica.
—Rayos... ¿Qué sucedió, cariño?— rápidamente le contó su conversación con Samuel y Jessie dijo—Te dije que necesitaba tiempo, que tirar de la cuerda no era buena opción, debiste hacerme caso, Ámbar.
—Si— sollozó— pero no podía seguir así. Yo necesitaba respuestas.
—Ahora las tienes. —suspiró— amiga, él nació y fue educado para ser sacerdote, tu misma lo has dicho. Sería muy, muy difícil que él renunciara a su vocación.
—Su madre me cae bien, pero ahora mismo la odio—gimió— él no nació para ser sacerdote, nació para ser feliz.
—Ámbar, puede ser que eso sea cierto, pero entiéndelo, él ha escogido su destino y ha decidido abrazar su vocación de servicio. Lo mejor que puedes hacer, es esforzarte por olvidarte de él. —Aquel consejo le había roto el corazón y no le gustaba para nada.
***************
Samuel elevó plegarias hasta el agotamiento, no podía dejar de imaginar a Ámbar en la cala con otro hombre, aquellos pensamientos eran una agonia, una completa tortura, al no poder encontrar paz en sus oraciones, ya era bastante tarde cuando decidió ir a casa de sus padres.
—Hijo mío, que alegría recibirte— se dejó abrazar por su madre—¿Me acompañas a cenar?
—No tengo apetito, madre.
—Nada de eso, debes comer para estar saludable. Eres mi orgullo, Samuel—lo miró con todo ese orgullo y amor brillando en sus ojos.— Nuestro orgullo, eres todo lo que cualquier madre desearía en su hijo— Samuel sintió como se encogió su corazón. ¿Sería buena idea confesarle a su madre que después de años y años, dudaba de todo lo que había creído?, ¿Sería buena idea hablarle de su amor por Ámbar?— Un hombre bueno, un elegido de Dios.
No... definitivamente no era buena idea, para su madre el era un hombre Santo... ¿Cuánto tiempo podía seguir cargando aquella pena sin explotar?
***************Con el nuevo día, llegaron también los pocos ánimos de salir siquiera a trabajar. A media mañana recibió un mensaje de Matteo.
”Hola preciosa, me he quedado con tu olor en mis sábanas. ¿Repetimos hoy?
“Hola. No, no puedo”
Tras aquel mensaje recibió un emojin de tristeza.
Pasó el día mal, tratando de ahogarse en trabajo para poder olvidar. A la hora de la salida, se encontró con su jefe en el ascensor.—Señorita Hobbs— la saludó con una sonrisa.
—Señor Marshall— respondió su gesto.
—Es un gusto verte, pronto se acaba tu periodo de prueba, y ya he decidido que firmes un contrato permanente y obtengas así los beneficios completos al ser empleada de la firma. Tu superior está muy contento con tu desempeño.
—Muchas gracias, es una excelente noticia.
—Pasa mañana por mi oficina, afinaremos detalles y te enviaré a recursos humanos para firmar tu nuevo contrato.
—De acuerdo, señor.—sonrió feliz, se sentía como si acabase de conseguir el ascenso de su vida.
Su mente le gritó irse directamente a casa, pero sus pasos la llevaron de nuevo a la iglesia.
¿Por qué seguirse torturando?
¡Samuel no la amaba!
Pero su corazón no quería entenderlo. Al llegar, encontró a algunos feligreses elevando plegarias, además de una persona en el confesionario, quizás fuese momento de liberarse de algunas culpas.
Caminó directo allá para esperar su turno, en cuánto la mujer se alejó para cumplir su penitencia, le preguntó a una que estaba allí;
—¿Va a confesarse?
—No, puedes seguir— ella asintió y fué directa al lado izquierdo, en busca de tener un poco de privacidad.
—Ave María purísima...— inició y hubo un minuto de silencio, antes de que la pequeña ventanilla se abriera.
—Sin pecado concebida — dijo Samuel, conteniendo las ganas de huir de allí, era ella... Ámbar estaba allí para confesarse.
—Padre, he pecado... He cometido acciones que se han ido de mis manos. Me enamoré de un hombre que no me ama, un amor prohibido.
—Ámbar...— quiso interrumpirla y decirle que la amaba, claro que lo hacía.
—Y necesito matar este amor, padre. Necesito sacarlo de mi pecho y de mi vida— él cerró los ojos con dolor— padre he cometido pecado, actos impuros, lujuria o como usted quiera llamarle, me he pasado la tarde y parte de la noche en brazos de otro...
—No quiero escuchar lo que hiciste con ese hombre.— la interrumpió.
—¿Por qué no?, tu me enviaste a él.
—No parecías muy molesta por irte a su cama.— le respondió con amargura— te largas te a acostarte con otro, Ámbar.
—¿Y qué querías? me rompes el corazón Samuel, me envías a brazos de otro, me demuestras que no me quieres. ¿Realmente qué es lo que deseas?
—Que mi vida sea como antes —dijo con dolor— dónde mis preocupaciones eran las de los feligreses, dónde no me sentía inmerecedor...
—Donde no me conocias...No sé que decirte, te dije ayer que no suplicaría por tu amor y estoy librando una batalla para contener mis sentimientos. Te amo Samuel, lo sabes, te amo con el alma, con la piel y con todo lo que soy, y este amor me tortura, es un placer destructor, es una especie de dulce agonía. Te amo, mi amor, realmente lo hago, pero si no me quieres en tu vida, yo recogeré todo ese amor y me iré, solo necesito el debido tiempo para poder superarte. Quizás tus sueños se hagan realidad y puedas recuperar tu vida de antes.
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¡He Pecado!
RomanceÁmbar Hobbs, está experimentando un momento caótico en su vida, ha perdido a su novio, su mejor amiga se ha mudado a otro país, acaba de perder su empleo... ¡Todo parece ir de mal en peor! Desesperada busca aliviar sus penas entrando a aquella igles...